"Las sensaciones no fueron buenas. Perder 4-1 en la ida de una semifinal es doloroso, pero después del partido empezamos a animarnos y a comprender que queda un partido de vuelta. Fue un resultado demasiado elevado para nuestros intereses, pero quedan 90 minutos y tenemos que morir en el campo", comentó.
Casillas, que presentó esta mañana sus nuevos guantes y botas en un acto publicitario, declaró que entre la plantilla "existe el convencimiento de remontar" y que "los más viejos del lugar recuerdan grandes eliminatorias en las que el Madrid tenía todo perdido y se clasificó".
"Llegábamos muy bien al partido, pero el Borussia hizo un planteamiento muy bueno y fue justo vencedor. Ahora jugamos en casa y después del resultado la gente está más motivada que nunca para la vuelta. Será el más importante de la temporada. Queremos que los jugadores y los aficionados dejen el alma", señaló.
Pese a esto, Casillas indicó también que ahora "hay que cambiar el chip y pensar en el partido de este sábado", contra el Atlético de Madrid en el Vicente Calderón, y explicó que está "bien físicamente, entrenando mucho ayudando al equipo en lo que pueda".
Publicidad
"Me toca vivir esto de una forma diferente a como lo he vivido en los últimos catorce años. Ahora me toca arropar a mis compañeros y entre ellos a Diego López que lo está haciendo muy bien", afirmó.