Gales fue finalmente el líder del grupo B, con 6 puntos tras ganar 3-0 a Rusia, con lo que jugará el sábado en París ante un tercer clasificado.
Inglaterra (5 puntos), segunda de la llave, avanza a la siguiente etapa y se enfrentará el lunes en Niza al segundo del F. Eslovaquia (4 puntos) queda prácticamente clasificada como uno de los mejores terceros, aunque todavía no matemáticamente, mientras que los rusos, colistas con apenas un punto, quedaron ya eliminados.
Los ingleses, que habían dejado escapar la victoria en el descuento en el debut ante los rusos (1-1) y luego ganaron en el tiempo añadido (2-1) a sus vecinos galeses, se sacan ahora la espina del Mundial de Brasil-2014, donde no superaron su grupo, aunque no lograr el liderato en un grupo donde eran los favoritos rebaja sensiblemente la euforia.
"Es decepcionante porque tuvimos la posesión del balón, muchas ocasiones y no pudimos aprovechar. Vamos a continuar trabajando. Vamos a conseguirlo. Tenemos jugadores que pueden marcar goles", afirmó el seleccionador inglés, Roy Hodgson.
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Los ingleses habían revolucionado su ataque titularizando esta vez a Jamie Vardy y Daniel Sturridge, suplentes en el segundo partido y autores de los goles de la victoria sobre Gales, pero se toparon con un partido espectacular del arquero Matus Kozacik.
"Es muy probable que nos clasifiquemos, teniendo cuatro puntos. La espera va a ser agradable", afirmó el portero eslovaco, elegido el mejor del partido.
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Eslovaquia, que en el Mundial-2010 dejó fuera a Italia en el último partido de la primera fase, que en las eliminatorias había ganado un partido a España (2-1) y el pasado mes un amistoso a Alemania (3-1), continúa respondiendo con eficacia ante los grandes del continente. Sólo una combinación de resultados que parece improbable le dejaría fuera de los octavos como uno de los mejores terceros.
Desde el principio, Inglaterra llevó la iniciativa y las ocasiones no tardaron en sucederse, principalmente con Vardy y Sturridge, los 'nuevos' del ataque.
Vardy avisó con un primer remate alto en el minuto 5 y el defensa Peter Pekarik, que mediada la primera mitad tuvo que retirarse a vestuarios para cortar una hemorragia, logró despejar providencialmente cuando Sturridge se disponía a rematar en boca de gol en el 9.
En el 17, Vardy le ganó por velocidad a Martin Skrtel y se plantó cara a cara con el arquero eslovaco Kozacik, que adivinó su disparo.
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En el 33, un fuerte disparo en el área de Adam Lallana fue despejado de nuevo por un atareadísimo e inspirado Kozacik.
En la segunda mitad, Eslovaquia estuvo a punto de marcar cuando Robert Mak (53) casi aprovechó una mala dejada con el pecho de Chris Smalling a su portero Joe Hart, pero el monólogo inglés continuó.
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Nathaniel Clyne, en el área y con poco ángulo, envió un potente tiro que el arquero desvió con el pecho y Roy Hodgson hizo entrar hacia la hora de juego a Wayne Rooney y Dele Alli. Ese último de poco marca en su primera acción (62), en un remate en el segundo palo, pero Skrtel sacó bajo palos.
Harry Kane, titular sin acierto en los dos primeros partidos, entró en juego por Sturridge en el 75, pero no pudo derribar el muro eslovaco.
El atacante del Tottenham, máximo anotador de la última Premier League, apenas tuvo oportunidades. Un remate suyo de cabeza se perdió fuera en el 85, en su intento más destacado.
Los aficionados ingleses, protagonistas en el arranque del torneo por los disturbios protagonizados en Marsella con motivo del duelo ante los rusos, vivieron esta vez una jornada festiva y sin incidentes. Entre los 14.000 hinchas de los Pross en el estadio de Saint-Etienne estaba el príncipe Guillermo, que se quedó como sus compatriotas con un sabor agridulce.
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