Llegaba el equipo blanco a Vigo reforzado por su triunfo europeo frente al Atlético, pero en los primeros diez minutos el Celta le mostró sus dientes, exhibiendo músculo en la recuperación y calidad en ataque.
No mintió su técnico, el argentino Eduardo ‘Toto' Berizzo, en la previa y su equipo fue fiel a su estilo. Salió a presionar arriba, a intentar robarle el balón al Real Madrid para hacerle daño atacando, todo lo contrario que le habían planteado los rojiblancos, que apostaron por esperar a los blancos encerrados en su campo.
Esa valiente apuesta del Celta exigió un mayor desgaste físico de su rival, sobre todo porque el tempranero gol de Nolito obligó a los futbolistas del italiano Carlo Ancelotti a remar contracorriente en Balaídos, donde el curso pasado se le escaparon sus opciones de conquistar la Liga.
Pero éste Real Madrid es un equipo que explota al máximo los espacios para armar su letal contraataque. No necesita brillar para marcar, debido a la tremenda pegada que tiene arriba. Cada perdida celeste en el centro del campo penalizó a los de Berizzo.
El gol del empate, del internacional alemán Toni Kroos al cuarto de hora, llegó tras un brutal desajuste defensivo de los locales, incapaces de frenar la internada del portugués Cristiano Ronaldo por el costado izquierdo.
No se arrugó el Celta y siguió volcado en ataque, descuidando en exceso su defensa. Una nueva pérdida en la zona de creación permitió al Real Madrid armar otro contragolpe, finalizado ésta vez por el mexicano 'Chicharito', el héroe en el enfrentamiento europeo del pasado miércoles.
Encajar dos goles por errores propios hundiría a muchos equipos que tuviesen enfrente al vigente campeón de Europa, pero no al Celta de Berizzo, que se siente cómodo con el balón, atacando, independientemente de a quién tenga como rival.
Su atrevimiento tuvo recompensa sobrepasado el ecuador del primer acto, con un gol del joven Santi Mina, pero la enésima pérdida de balón en el centro del campo volvió a destrozarlo, al superar James Rodríguez a Sergio Álvarez y poner de nuevo a los suyos por delante.
En el inicio del segundo tiempo el aluvión celeste todavía fue mayor. Los locales lograron encerrar al Real Madrid en su campo y volcaron el juego hacia la banda derecha, donde Carvajal sufría para parar a Nolito.
Cada internada del andaluz era una acción de peligro, si bien Iker Casillas apenas tuvo que intervenir, pues los ataques del Celta se morían en el área blanca, ante la falta de pegada de sus atacantes.
El Real Madrid se defendía como podía, a la espera de sentenciar con otro contraataque. Lo rozaron Isco Alarcón y 'Chicharito', pero al primero se le echó encima el portero gallego antes de que rematara y el segundo no acertó a marcar.
El Celta respiró, pero no demasiado, pues el delantero mexicano redondeó su inolvidable semana con un nuevo gol, tras bajar con un espectacular control un pase en largo de Sergio Ramos y batir en el mano a mano a Sergio Álvarez. Los locales lo siguieron intentando, pero sin remate, y el Real Madrid salió de Balaídos con tres puntos determinantes para seguir en la pugna con el Barcelona por el título.
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