Cerca de un millón de personas salieron a las calles a protestar en más de 80 ciudades el jueves por la noche.
La policía lanzó gases lacrimógenos y disparó balas de goma en Río de Janeiro, donde más de 300.000 personas protestaron en la ciudad donde el jueves jugaron España y Tahití, y que será la sede de la final de la Confederaciones el 30 de junio.
"Ni la FIFA ni el COL (Comité Organizador Local) han siquiera discutido la posibilidad" de cancelar el torneo que sirve como fogueo para el Mundial de 2014, indicó la FIFA en un comunicado.