En un partido plagado de alternativas en el marcador, el Liverpool dejó escapar en dos ocasiones una renta de dos goles, para caer derrotado en el tiempo añadido.
Los 'reds' se pusieron por delante por medio de sus dos flechas de ataque, el senegalés Sadio Mané (20') y el belga Divock Origi (23').
Los dos delanteros aprovecharon su velocidad para llegar a balones en profundidad y dar una cómoda ventaja a su equipo que hacía presagiar un partido cómodo.
Pero los cambios efectuados por el técnico local, Eddie Howe, dieron sus frutos.
Callum Wilson redujo diferencias de penal (56') provocado por Ryan Fraser nada más saltar al terreno de juego.
El alemán Emre Can (64') pareció dar tres puntos de oro al conjunto visitante con un gol por la escuadra. Sin embargo, en 19 fatídicos minutos el escocés Fraser (76'), Steve Cook (79'), y el holandés Nathan Aké (90+3'), con un gol aprovechando un rechace en el área pequeña, frenaron en seco al Liverpool en su carrera por el título.
Esta fue la primera derrota del conjunto del norte de Inglaterra en los últimos 11 partidos.
Los 'reds', que jugaron completamente de amarillo para no coincidir con el rojo de los locales, sufrieron en la costa sur de Inglaterra su segunda derrota de la temporada en liga, la anterior se remonta al mes de agosto ante el Burnley.
- "Tiramos el partido" -
El entrenador alemán del Liverpool Jürgen Klopp alabó que el conjunto local no se viniese abajo con el resultado adverso y reconoció lo justo de su victoria.
"Lo primero que tengo que decir es que es una victoria merecida para el Bournemouth, con una gran lucha", expresó.
"Cuando teníamos la ventaja de 2-0 nos quedamos estáticos. Tiramos el partido porque no volvimos a jugar a fútbol", lamentó Klopp.
"Si hemos aprendido está bien. Con 2-0 o 3-1 el partido no está decidido, pero lo tiramos por la forma en que jugamos. Le dimos el balón al Bournemouth. Estas cosas pasan", añadió.
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