El equipo de Roberto Martínez encauzó su camino tras la derrota encajada el pasado fin de semana, cuando cedió el cuarto puesto al equipo de Arsene Wenger. En esta ocasión, en el choque de Goodison Park, superó al cuadro de David Moyes.
El penalti transformado por Leighton Baines en el minuto 28 encarriló el triunfo del Everton, que dejó sentenciado el choque al borde del descanso con el gol del belga Kevin Mirallas a pase de Seamus Coleman.
El Everton se mantiene a un punto del Arsenal, que previamente ganó a domicilio al Hull City por 0-3 con dos goles del alemán Lukas Podolski y otro de Aaron Ramsey.
El Manchester United, sin objetivos en la presente temporada, queda provisionalmente al margen de puestos europeos y, matemáticamente, fuera de la Liga de Campeones, una competición en la que no ha faltado desde 1996.
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Lejos queda la lucha por el título que acaricia el Liverpool. Sobre todo después de ganar en el campo del Norwich. Los reds lograron su undécima victoria consecutiva por 2-3 para asestar un golpe casi definitivo a la Premier.
Brendan Rodgers no pudo contar, por lesión, con Daniel Sturridge, autor de 20 goles esta temporada y uno de los seis candidatos a mejor jugador de la Premier, pero el equipo no acusó su ausencia. En once minutos ya ganaba por 0-2, con goles del jamaicano Raheem Sterling (4) y del uruguayo Luis Suárez (11).
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Tras el descanso, el partido cobró emoción con el gol de Gary Hooper para el Norwich en el minuto 54, al recoger un rechace y disparar raso tras una defectuosa salida del portero belga Simon Mignolet.
La intriga duró poco. En el 62, Sterling cortó un pase en su propio campo y penetró hasta el área de enfrente, donde su remate desde la frontal, tras rebotar en un defensa, se elevó por encima del guardameta Ruddy. Quedaba media hora y los sustos no habían acabado para los "Diablos Rojos".
En el 77, un centro de Olsson desde la banda izquierda fue cabeceado a la red por Robert Snodgrass. El 2-3 devolvía la emoción a un encuentro que el Norwich quiso desordenar, y en el 82 Mignolet atrapó sobre la misma línea el peligroso cabezazo picado de Ricky van Wolfswinkel.