El escocés Ferguson no pudo contar finalmente con su jugador insignia, el inglés Wayne Rooney, por una lesión en el tobillo, ni con el español David de Gea por un dolor de muela pero alineó de entrada al mexicano Javier Hernández, el héroe de la victoria la semana pasada ante el Aston Villa.
Motivado por su ruidosa afición, el Norwich plantó cara a los ‘diablos rojos' desde el inicio del encuentro con una defensa avanzada y presión a lo largo de todo el campo para impedir la salida del balón del rival.
Gracias a rápidas recuperaciones en terreno rival y veloces contraataques que enganchaban a la defensa rival descolocada, los ‘canarios' pusieron en aprietos en más de una ocasión la portería de Lindegaard con disparos del español Javier Garrido y del irlandés Wesley Hoolahan.
El United, que había advertido previamente con un lanzamiento de falta de Ashley Young y un tiro del holandés Robin Van Persie, pudo contener el empuje local y en los minutos finales del primer tiempo trasladó el peligro a la portería defendida por el inglés John Ruddy.
El delantero holandés tuvo la mejor ocasión del encuentro pero no acertó al rematar afuera una asistencia milimétrica de Giggs, mientras que Young hizo lucir de nuevo al arquero rival antes de que el árbitro señalara el final del primer tiempo con el marcador aun a cero.
El descanso sentó bien al equipo local que, tras unos minutos de dominio del United, recuperó el control del juego y merodeó constantemente el área de Lindegaard con rápidas triangulaciones y centros que no encontraban a su principal referencia ofensiva, el corpulento delantero inglés Gran Holt.
Los ‘diablos rojos', muy estáticos en ataque y echando en falta el papel de enganche que habitualmente desarrolla Rooney, se atascaron una vez y otra en la telaraña defensiva plantada por los ‘canarios'.
El United acabó pagando su ineficacia y, después de varios avisos, el Norwich avanzó con un centro de Garrido desde la banda izquierda que el inglés Anthony Pilkington remató de cabeza en el primer palo trazando una bonita parábola por encima del portero danés que no pudo hacer nada para evitar el gol.
Lejos de reaccionar, el gol desconcertó aún más a los hombres dirigidos por Alex Ferguson, que decidió darle entrada al veterano Paul Scholes y al eléctrico delantero Danny Welbeck en lugar del ecuatoriano Antonio Valencia y de Hernández.
Los cambios surtieron efecto y el United cercó el área rival pero no consiguió romper la ordenada y voluntariosa defensa del Norwich que incluso pudo haber aumentado la ventaja en algún contraataque.
La tragedia estuvo cerca del estadio Carrow Road en el último minuto del partido, pero el veterano Ruddy sacó dos manos milagrosas para asegurarse de que la fiesta era completa para el Norwich.