"Me han suspendido tres meses pero lo que más me enfada es que me metan en el mismo saco que los demás. Encuentro vergonzoso que se me arrastre por el barro", declaró Platini en una entrevista publicada en el diario "Le Monde".
El francés ha sido inhabilitado durante 90 días, al igual que el presidente de la FIFA, Joseph Blatter, y el secretario general de la organización, Jêrome Valcke, este último apartado de su cargo con anterioridad.
Platini, que pese a la suspensión sigue siendo candidato en las elecciones a presidente de la FIFA del próximo 26 de febrero, explicó el dudoso pago que ensombrece su carrera política en el fútbol: percibió de esa organización 2 millones de francos suizos (1,8 millones de euros) en 2011 por supuestos trabajos que realizó para Blatter entre 1998 y 2002 y de los que no hay constancia escrita.
"Era una cosa de hombre a hombre. Iba a convertirse (Blatter) en presidente de la FIFA, ¡La FIFA! Confiaba en él. Y luego me he enterado de que en el derecho suizo, un contrato oral vale como un contrato escrito", comentó.
Según Platini, fue en 1998 en Singapur cuando Blatter le propuso que fuera su consejero de fútbol al frente de la FIFA y le preguntó cuánto quería ganar. El francés respondió que un millón, pero sin precisar en qué moneda.
"Cuando le dije a Blatter un millón de lo que quieras era como decirle págame lo que quieras", agregó Platini, quien añadió que después Blatter le explicó de que esa cantidad en francos suizos triplicaría el sueldo del secretario general de la FIFA, por lo que había que rebajarla. Le propuso cobrar 300.000 francos suizos al año (277.000 euros) y más adelante liquidar el resto de la cantidad adeudada.
"Solo que ese más adelante nunca llegó", añadió Platini, que asegura que es una persona a la que no le importa el dinero y dice que en 1992, cuando era seleccionador nacional francés, el Real Madrid le ofreció un cheque en el que podía poner todos los ceros que quisiera y no por ello aceptó el puesto.
El francés, que preside la UEFA desde 2007 y es vicepresidente de FIFA desde entonces, sostiene que a cambio de esa remuneración se encargó de reformar el calendario mundial de competiciones, trabajó en un dispositivo para apoyar a las federaciones más pobres y acompañó a Blatter en muchos viajes.
"Trabajé mucho y hay muchas personas que lo pueden atestiguar", añadió Plaini, quien no descarta que Blatter haya filtrado ahora la información sobre el rocambolesco cobro para perjudicarle.
A pesar de todo, se reivindica como el único que puede hacer que la FIFA vuelva a ser la casa del fútbol.
"Pero cada vez que me acerco al sol, como Ícaro, hay fuego por todas partes", dijo el tres veces Balón de Oro, que cree que cuando se barre hay que empezar por arriba.
Platini sigue creyendo en la renovación de la FIFA y tampoco ve problema en haber votado en favor de que Rusia organice el Mundial de 2018 y Catar el de 2022, país del que cobra su hijo, Laurent, que trabaja para la marca Burrda Sport, propiedad de Qatar Sport Investment, grupo matriz del París Saint-Germain.
"Mucha gente ya se ha ido. Ha habido renovación, hay que impulsar la transformación. De todas formas, si la FIFA no cambia, el FBI se encargará de que lo haga", agregó el candidato a presidir la organización que gestiona el fútbol mundial.