Gascoigne, de 45 años, sufrió una recaída en su larga lucha con el alcoholismo y fue tratado inicialmente en una unidad de terapia intensiva en un hospital de Phoenix, Arizona, el mes pasado.
"Gazza" dijo a la edición dominical del The Sun que "tres médicos no creyeron que yo sobreviviría" y agregó que estuvo "muerto hace dos semanas; volví de la muerte".
El astro de la Copa Mundial de 1990 dijo que "médicos que han pasado su carrera tratando alcohólicos dijeron que mi situación era la peor que habían visto nunca".
El exjugador de Tottenham y Lazio ha enfrentado problemas mentales y alcohólicos desde que terminó su carrera deportiva.
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