Hacia
el final del partido ganado por el West Ham se desencadenaron peleas entre
hinchas rivales. La policía y los responsables de seguridad tuvieron problemas
para controlar la situación, mientras se sucedía el lanzamiento de objetos.
"El
West Ham y el London Stadium están procediendo a la identificación de 200
individuos, que serán castigados por prohibiciones de acceso al estadio por
haber estado implicados en los incidentes al margen de la victoria del West Ham
contra el Chelsea en la Copa de la Liga", se escribió en el comunicado.
"Una
vez identificados, los que se comportaron mal serán vetados de por vida de las
gradas del West Ham", había avisado poco antes el West Ham, añadiendo que
acudiría a los tribunales para impedir que los culpables acudieran a otro
partido en cualquier lugar de Inglaterra.
Después
de haber anunciado el arresto de siete personas por perturbación del orden
público unas horas antes, la policía de Londres rectificó finalmente la cifra,
que fue de seis. Entre ellos, tres fueron acusados formalmente.
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Para
el derbi del miércoles se había reforzado la seguridad. Según la policía, 30
personas habían sido vetadas para este partido, pero ello no evitó que hubiera
incidentes violentos.
El
comandante encargado de la seguridad del partido precisó en un comunicado que
se había abierto una investigación.
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"Una
minoría de espectadores tenían clara intención de cometer actos
violentos", afirmó.
"Hubo
incidentes inaceptables dentro y fuera del estadio, durante y después del
partido", lamentó, insistiendo en que la policía trabajaría para la
correcta identificación de los culpables.
Desde
la mudanza del West Ham al estadio Olímpico de los Juegos de 2012 a principios
de temporada, varios partidos se han visto perturbados por peleas en la grada o
en los alrededores del recinto.
A
principios de octubre, la prensa británica publicó que un hincha del
Middlesbrough fue apuñalado y otro resultó herido por un botellazo.
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