El proceso de acusación también vincula al exvicepresidente Paulo Pereira Cristóvão, a quien le imputan delitos de blanqueo de dinero, estafa y malversación, entre otros. Pereira asevera que Godinho Lopes tuvo conocimiento y autorizó la contratación de la empresa Businlog, que prestó servicios de espionaje.
Según el documento, que cuentan los medios locales fueron suministrados por la Fiscalía de Portugal, Businlog se involucró en tareas "relacionadas con el seguimiento de la vida personal y social de los jugadores de fútbol 11 del Sporting. Principalmente, la monitorización de sus periodos de descanso, a través da vigilancia de las horas de llegada a sus respectivos domicilios", dice el texto, donde se especifica que el Sporting desembolsó por esos servicios unos 10.000 euros mensuales a partir de junio de 2011.
En declaraciones a la prensa, Godinho Lopes confirmó que dio declaraciones en la Policía Judicial (PJ) lusa, aunque optó por no profundizar en el asunto al recordar que el caso está "en secreto de justicia".
Pereira Cristóvão, antiguo inspector de Policía que dimitió de la vicepresidencia al final de la temporada pasada, está también acusado de un delito de calumnias, relacionado con un supuesto intento de soborno del árbitro auxiliar José Cardinal.
El Sporting, el tercer club luso más laureado en Portugal y que vive una de las peores crisis de resultados de su centenaria historia, dispone de un plantel plagado de extranjeros, de los que se destacan el colombiano Santiago Arias; los españoles Diego Capel y Jeffrén Suárez; los argentinos Marcos Rojo y Rinaudo; el brasileño Elías; el holandés Ricky Van Wolfswinkel; y el peruano André Carrillo.