El jugador más emblemático de la selección de fútbol brasileña que ganó el Mundial de 1994 en Estados Unidos dejó el deporte activo en 2008 y se afilió al Partido Socialista Brasileño (PSB), por el que fue elegido diputado un año después.
En la Cámara baja llegó a presidir la Comisión de Deporte y fue elegido como uno de los parlamentarios más activos del país, lo que le sirvió para aspirar a un escaño en el Senado en las elecciones del año pasado, en representación de su estado natal de Río de Janeiro.
Como en sus tiempos de futbolista, se impuso por ‘goleada' y obtuvo un 63,43 % de los votos del electorado fluminense.
El pasado 11 de febrero, en el que fue su primer discurso como senador, Romario afirmó que una de sus metas en esta nueva etapa de su vida es impulsar desde el Parlamento un proceso para rescatar la "moral" en el deporte e imponer "disciplina" a las finanzas de los clubes, que en el caso del fútbol están en su mayoría en crisis.
"Debemos establecer criterios claros de transparencia y gestión financiera" en el deporte, afirmó el exfutbolista, quien también ha propuesto limitar el poder de la Confederación Brasileña de Fútbol (CBF).