El hombre, además, insinuó que tenía contactos en la cárcel a los que podía encomendar que le hiciesen la vida a Hoeness lo más difícil posible.
La fiscalía había pedido cuatro años y tres meses de cárcel mientras que la defensa apeló a los atenuantes de la difícil situación de salud del condenado, tiene diabetes, y a sus deudas que alcanzan los 300.000 euros.
Además, según la defensa, la confesión mostraba el arrepentimiento del acusado por lo que consideraba adecuado un castigo de dos años y seis meses de cárcel.
Durante el proceso, el condenado pidió perdón a Hoeness y a su familia como ya lo había hecho en una carta.
En este sentido, instó al Fiscal a pedir la anulación "inmediata" del proceso judicial, según la nota.
Sinclair-Webb considera "alarmante" ver que la calificación de las protestas de Gezi como intento de derrocamiento del gobierno efectuadas por Erdogan hayan sido adoptadas por el fiscal como base de sus acusaciones".
Ello revela - según la activista de HRW - "enormes presiones ejercidas por el gobierno sobre el sistema de justicia de Turquía".
No se espera ninguna decisión de los jueces este martes, en la primera audiencia del caso.