Ni Brasil, ni Chile, ni Paraguay, ni Argentina, que avanzaron sin problema en las eliminatorias para el Mundial de Sudáfrica, han sido capaces de mantenerse como embajadores de este continente en el torneo, en el que Uruguay, necesitó de la repesca para clasificarse.
El camino para los dirigidos por Óscar Washington Tabárez no ha sido fácil. Llegaron al Mundial tras una eliminatoria en la que sus resultados no brillaron, con seis victorias, seis empates y otras tantas derrotas, y por consecuencia ocupar la quinta posición de la zona.
En el repechaje, superó a Costa Rica, con victoria en San José y empate en la vuelta en casa, por lo que entrar en el Mundial, aunque fuera en el último momento, fue para algunos seguidores uruguayos un alivio y para otros un premio.
Ahora, a las puertas de las semifinales, se da cuenta que sus compañeros de viaje le han dejado solo, ya que se bajaron en las estaciones previas, aunque todos llegaron al menos a la instancia de octavos de final.
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Primero se marchó Chile, que cayó en octavos de final ante Brasil. A continuación, ya en cuartos, Brasil perdió con Holanda, Argentina lo hizo catastróficamente con Alemania y Paraguay se quedó fuera ante España.
A su mérito se le suma el hecho que será el único seleccionado no europeo en las semifinales, en las que se enfrenta a Holanda, ya que en el otro encuentro se miden Alemania y España.
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Como consecuencia de estos episodios, los dirigentes, jugadores y periodistas uruguayos que se encuentran en Sudáfrica han destacado la trascendencia de las eliminatorias de Sudamérica y las dificultades para superarlas.
Diego Pérez, centrocampista de la selección uruguaya, recordó la dureza de la clasificación en la que su equipo debió disputar hasta veinte partidos, incluida la repesca, y que esa trayectoria ha contribuido a que se hicieran fuertes en el Mundial.
Admitió que el equipo ha progresado desde que en noviembre ganaron a Costa Rica y recordó que las dificultades han hecho que el grupo sea capaz de asimilar cualquier adversidad.
"Las eliminatorias fueron duras y así se demostró con la clasificación de cuatro equipos para cuartos de final y aunque otros equipos llegaron con mayor facilidad que nosotros a Sudáfrica, quedó claro que en el Mundial las cosas cambian", indicó.
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A su compañero Sebastián Abreu no le sorprende nada de lo que ha ocurrido en el Mundial porque sabe que es un torneo con unas características muy propias.
"Las eliminatorias fueron muy difíciles. Eso no se debe interpretar como que el Mundial es fácil, pero llegar a disputarlo desde Sudamérica es muy complicado", agregó.
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Los ‘charrúas' han tenido la experiencia de tres repescas consecutivas, ya que en 2002 logró alcanzar el evento ecuménico al superar a Australia, mientras que en 2006 perdió contra el mismo rival, lo que dejó al país en un estado de crisis futbolística absoluta. Ahora, ha logrado su objetivo frente a Costa Rica.
Todos los dirigentes del fútbol uruguayo han llegado a la conclusión de que las dificultades que entrañan las eliminatorias de Sudamérica y el buen papel del fútbol latinoamericano en este Mundial obliga a la FIFA a mantener el cupo de 4,5 de equipos para el próximo torneo.
Esta cifra, consideran los dirigentes uruguayos, se debe mantener con independencia de que Brasil esté clasificado de oficio como país organizador y de que la eliminatoria vaya a ser disputada por tan sólo por nueve selecciones.
Los detractores a esta posición mantienen que la sudamericana es la confederación con una mayor presencia porcentual en el torneo, ya que hay opciones de que acudan hasta el cincuenta por ciento de sus selecciones afiliadas.
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Por ahora, lo importante es que Uruguay saque su característica "garra charrúa" y mantenga su buen nivel ante la difícil selección holandesa para seguir haciendo historia en este Mundial.