El español Mikel Landa (Bahrain Victorius) reconoció que la elevada velocidad en los últimos kilómetros de los lanzadores de los velocistas en la etapa de este viernes se terminó pagando en el pelotón, que cruzó la meta muy partido.
"Ese esfuerzo tan fuerte en los últimos kilómetros ha terminado pasando factura", comentó.
Sobre sus aspiraciones personales y el final en el Pico Villuercas de este sábado, afirmó: "No tengo buenas sensaciones y no creo que vaya a ser un buen día para mí".
"Voy día a día y a ver si en la última semana, con un tiempo más fresco, puedo estar mejor", destacó.
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El ciclista vasco no quiso pronunciarse sobre los tres hombres que aparecen como principales candidatos al triunfo final, el esloveno Primoz Roglic, el español Enric Mas y el colombiano Miguel Ángel López, ambos del Movistar, porque ve a los tres "muy bien" y cree que hasta el último día "no se resolverá", aunque subrayó que el líder del Jumbo Visma tiene "mucha experiencia".
Mikel Landa se marca el objetivo en la carrera española de "apoyar al equipo en lo que se pueda", sobre todo al australiano Jack Haig, que "viene fresco tras retirarse pronto en el Tour y se le ve muy bien".
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Intentará recuperarse en los próximos días y tiene puesta la mirada en los Campeonatos de Europa y el Giro de Lombardía, la última gran cita de la temporada.