Decidió el partido un golazo de Aritz Aduriz marca de la casa. Un espléndido cabezazo, sobrevolando a Pepe, del ariete internacional, al que los 34 años recién cumplidos no le afean el mejor estado de forma de su carrera.
Aún remató otra vez a la madera el delantero donostiarra, que igualó su mejor marca goleadora en Primera División con 18 tantos en el total de las competiciones, el mismo número de las dos temporadas anteriores.
El joven 'afrovasco' Iñaki Williams, que se metió a San Mamés en el bolsillo, fue otro de los nombres propios de un partido en el que el Real Madrid ahondó en sus malas sensaciones y resultados de 2015, un deficiente estado de forma que deja el liderato de la liga en manos del Barcelona, que se aupará a él si gana este domingo al Rayo Vallecano en el Camp Nou.
Solo Isco y la ayuda que recibió de Toni Kroos y Asier Illarramendi fue lo destacable en el conjunto blanco, pero Carlo Ancelotti les retiró del campo y con ello se diluyó el asedio al que sus hombres sometieron a sus rivales en el arranque de la segunda mitad.
Un fuerte disparo de Aduriz desde la frontal del área, desviado, avanzó las intenciones de un Athletic eufórico por su reciente clasificación para la final de la Copa del Rey.
Apretaba el equipo local en el arranque, pero quien más cerca estuvo del gol fue el visitante en un centro de Benzema a Cristiano que cortó Etxeita cuando ya parecía que iba a rematar el 'crack' portugués. A la salida de ese córner, Pepe remató de cabeza alto.
Pero, aunque no lograba traducir en ocasiones su dominio, el partido era del Athletic, muy ajustado en la presión y buscando a Muniain entre líneas, a Aduriz por arriba y a la conexión De Marcos-Iraola, últimamente con sus posiciones cambiadas.
Y en una de esas intentonas por la banda derecha nació el primer gol del partido. Tras una incursión por ese lado, Iraola retrasó a Rico, que puso un centro perfecto para que Aduriz, más perfecto aún, enganchase un impresionante cabezazo ante el que nada pudieron hacer ni Pepe, que no llegó a tiempo de disputarle el salto al ariete internacional, ni Casillas, que vio como el balón se le colaba como un obús junto a su palo izquierdo.
Un auténtico golazo que envalentonó todavía más al Athletic y que acusó el Madrid, que solo inquietó a Iraizoz hasta el descanso un remate de Bale tras pase de Isco, que despejó el meta después de que se señalase un discutible fuera de juego.
Las acciones del malagueño buscando asociarse cerca del área y las intenciones de generar juego de la dupla Kross-Illarramendi fue lo único destacable antes del descanso de un Madrid con los delanteros casi de figuras decorativas y con un defensa que no era capaz de frenar a Aduriz y su poderoso juego aéreo.
La segunda mitad empezó muy diferente a la primera, con una jugada en el minuto 3 que amenazó con el empate. Pero Gurpegui se cruzó milagrosamente a un centro de Benzema que llegaba a Cristiano.
Fue el inicio de un asedio blanco comandado por Isco, sin grandes ocasiones de los blancos y en medio del cual se agigantó la figura de un nuevo ídolo para San Mamés: Iñaki Williams. El canterano frenó las acometidas madridistas por la banda derecha y en las contras dio un aire a su equipo que necesitaba como el comer.
Reventado, en el minuto 75, fue relevado por Guillermo entre una impresionante ovación de San Mamés.
En el otro lado, a Ancelotti se le acabó la paciencia y mandó a vestuarios a sus dos medios centro, de lo mejor hasta el momento, siempre a la sombra de Isco.
Hasta Benzema penó el 1-0 que le complicaba la liga al Madrid.
Tras dos intervenciones importantes de Iraizoz, ante Benzema y Ronaldo, el Athletic a punto estuvo de marcar el 2-0. Otro cabezazo de Aduriz que se estrelló en el palo. Fue una buena contra iniciada por Guillermo y continuada por Susaeta, asistiendo a un Aduriz otra vez por encima de Pepe.
Respondió rápido el Madrid, por medio de Bale, quien también se encontró con el palo en un impresionante lanzamiento casi desde medio campo, escorado a la izquierda, cuyo rechace de la madera Jesé estrelló en un defensa local.
Pero el Madrid estaba ya descabezado sin Kroos e Illarra y quedó al albur de una acción individual de sus estrellas, que no llegó dejando el liderato en manos del FC Barcelona.
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