El Celta arrancó con fuerza, apoyándose en un omnipresente Nolito, una pesadilla para la defensa rival en la primera media hora. El gaditano recuperó su mejor nivel en este tramo final de campeonato, después de sufrir un bajón tras su estreno con la selección española.
Se exhibió ante el Real Madrid el pasado domingo y lo volvió a hacer este miércoles. Cada vez que entró en juego, el Celta creó peligro. Sólo la falta de acierto de sus compañeros en la finalización privó al equipo gallego de marcharse al descanso por delante.
El entrenador del Celta, Eduardo ‘Toto' Berizzo, apostó por la continuidad -sólo entraron en el once Tucu Hernández y Charles por Santi Mina y Larrivey- y su equipo no dio sensación de agotamiento en ningún momento. Se le vio suelto, dominador, ante un Málaga que se defendía como podía.
Dispusieron los locales de hasta cuatro ocasiones de gol en los primeros 30 minutos, algunas muy claras como las que tuvieron Orellana y Charles, pero en ninguna lograron batir a Kameni.
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El Celta estaba volcado y el fútbol, nuevamente, estuvo a punto de penalizarlo, ya que el Málaga, en su primera aproximación, rozó el gol con un remate de Darder que se estrelló en un poste.
Volvieron a sorprender los visitantes al filo del descanso con otro rápido contraataque, pero esta vez, Horta disparó demasiado centrado.
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Pero todo cambió tras el paso por los vestuarios. El Celta, al que sólo le valía la victoria para engancharse a la pelea por la séptima plaza, siguió empujando, pero su rival enmudeció Balaídos con dos acciones de Amrabat.
En la primera, el delantero marroquí, tras una indecisión entre Cabral y Sergio Álvarez, reclamó penalti por derribo del portero del equipo gallego. En la segunda, tras otro desajuste defensivo de los ‘celestes', el cuerpo de Hugo Mallo evitó su gol.
Eran los peores momentos de un Celta que, sin embargo, tuvo después dos oportunidades: un cabezazo de Charles que se estrelló en el larguero, y el posterior remate de Tucu Hernández- con Kameni en el suelo-, que se marchó fuera cuando los aficionados ya cantaban el gol.
El juego ya era de ida y vuelta. El Celta perdió frescura en la zona de creación y el Málaga se aprovechó, explotando la velocidad de sus puntas. Cualquiera pudo marcar, pero fueron los ‘celestes' quienes lo lograron tras un error de Tissone que explotó Nolito en el último suspiro.
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