El conjunto entrenado por el joven Eddie Howe, de 37 años, que en 2008 estuvo a punto de desaparecer y que en siete años pasó de la League Two, cuarta división, a la Premier, consiguió este sábado sus primeros tres puntos en Premier.
El reforzado Bournemouth dio la sorpresa de la jornada ante un dubitativo West Ham, que comenzó la temporada animado por los nuevos fichajes y su participación en la Liga Europa y que en apenas tres semanas se ha despedido del fútbol continental y ha encadenado dos derrotas consecutivas.
El West Ham echó de menos a su meta titular. Adrián, expulsado en la pasada jornada, contra el Leicester, cumplió ante el Bournemouth la suspensión. Darren Randolph ocupó el sitio habitual del español.
Este sábado, en Boleyn Groun, sede por última temporada de los londinenses antes de mudarse al Estadio Olímpico, los visitantes comenzaron muy bien y en media hora ya ganaban por 0-2, con tantos de Callum Wilson, ante unos 'hammers' dormidos.
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A la vuelta del descanso, los de Slaven Bilic consiguieron remontar y en apenas cinco minutos, del 48 al 53, Mark Noble (penalti) y Cheikhou Kouyaté anotaron los tantos de la igualada local.
Sin embargo, Marc Pugh, a los 65 minutos, volvió a poner por delante al Bournemouth con un disparo seco y fuerte desde dentro del área tras una asistencia de Max Gradel.
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La expulsión de Carl Jenkinson no ayudó a la causa local y los 'hammers' encajaron el cuarto tanto, obra de Wilson de penalti, a falta de once minutos para la conclusión.
El gol de Modibo Maiga dos minutos y medio después de dio alas a los de Bilic, que se lanzaron, sin éxito, a por el tanto del empate.
Sin embargo, el marcador no se volvió a mover y el Bournemouth, con mucho sufrimiento en los instantes finales, celebró su primer triunfo en la categoría reina del balompié inglés.