El ex jugador del Inter italiano fue retenido en la madrugada en un retén policial en la zona oeste de Río de Janeiro, cuando conducía su vehículo y se negó a someterse al control que mide el nivel de alcohol a partir del aliento, según la policía militarizada.
El oficial responsable por el retén, mayor Marco Andrade, se abstuvo de confirmar o desmentir si el "Emperador" aparentaba estar en estado de embriaguez.
Como el delantero se negó a someterse al control de alcoholemia para demostrar que estaba en condiciones de conducir, tuvo que llamar a un amigo para que dirigiera el vehículo y entregar su licencia de conducir.
El futbolista podrá recuperar la licencia cuando se presente ante las autoridades de tránsito para pagar una multa de 950 reales (unos 572,3 dólares), pero será sometido a un proceso administrativo en el que puede ser sancionado con la pérdida de los derechos para conducir por un año.
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Pese a que la legislación brasileña prohíbe que conductores se pongan al volante tras haber ingerido bebidas alcohólicas y a que la policía cuenta con modernos controles de alcoholemia, los conductores no pueden ser obligados a someterse a tales pruebas.
La imposición del control violaría el derecho de los ciudadanos a no producir pruebas contra sí mismos.
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El Roma liberó a Adriano a viajar a Río de Janeiro para recuperarse de su lesión en medio de una polémica en los diarios italianos sobre la supuesta intención del futbolista de regresar a Brasil para pasar con sus amigos las fiestas de Carnaval, que este año serán en la primera semana de marzo.