Los tres seguidores húngaros, que recibieron atención médica en un centro de salud, ya han sido dados de alta, informó la agencia de noticias Mediafax.
Los ultras ya habían causado un altercado a su llegada a la Estación de tren "Gara de Nord", provocando a los viajeros que se hallaban en los andenes y mientras paseaban por la zona de bares situada en el casco viejo de la capital rumana.
Los policías rumanos utilizaron porras y gases lacrimógenos contra decenas de aficionados visitantes que lograron romper un cordón policial en la centro de la ciudad.
Una mujer rumana, de 38 años, sufrió contusiones y problemas con los ojos por los gases lacrimógenos lanzados durante los altercados, señaló un responsable de Servicio de Ambulancia de Bucarest.
Más de mil policías han sido desplegados para velar por la seguridad en los alrededores del Estadio ante un encuentro decisivo y la tensión nacionalista por las espinosas relaciones entre ambos países.
El partido entre Rumanía y Hungría, clave en la lucha por el segundo puesto en el grupo D, detrás de Holanda.