Hay un nuevo protagonista en el escándalo arbitral del fútbol colombiano. El ex árbitro Mauricio Sánchez denunció la semana pasada que el también ex juez Oscar Julián Ruiz lo acosó sexualmente y dejó al descubierto que la carrera de un árbitro en el país depende de favores sexuales. Ruiz se defendió este fin de semana y dijo que todo era falso , pero ahora Álvaro González Alzate terció y dijo que esta anarquía debe llegar a su fin.
"Desde hace mucho tiempo vengo denunciando la total anarquía que existe en el arbitraje colombiano, lo que ha deteriorado considerablemente la estabilidad y proyección del mismo. En todas las ligas deportivas afiliadas a la Federación existen serios problemas para el desarrollo normal de esta actividad, que como es lógico afecta considerablemente en mayor proporción al fútbol profesional que al aficionado porque son mayores las inversiones económicas de este", dijo el presidente del fútbol aficionado al diario La Patria.
Sin embargo, las denuncias dejan la duda de por qué no se intervino antes ya que, como el mismo González Alzate lo confiesa en el periódico caldense, él ya sabía de esto desde hace rato: "Mauricio Sánchez, hace aproximadamente 9 meses, en entrevista solicitada, me informó algunos detalles de los hechos que hoy denuncia penalmente y hace públicos. Personalmente comuniqué apartes del tema y de manera extraoficial a varios compañeros del Comité ejecutivo de la Federación e inclusive al señor Otálvaro Polanco, miembro de la Comisión Técnica de la Comisión Arbitral Nacional".
Vale la pena recordar que antes de que se realizara una reforma en la que el arbitraje quedó en manos de la mencionada Comisión Arbitral Nacional, que está a cargo de la Federación, el manejo de los árbitros estaba en manos del fútbol aficionado, es decir del propio González Alzate.
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Entre las declaraciones más escandalosas del dirigente está su posición sobre la homosexualidad en el fútbol: "Se dice con vehemencia en los mentideros deportivos, que la homosexualidad se ha disparado altamente en gran porcentaje dentro del núcleo del arbitraje colombiano, pero nadie se ha atrevido a investigar ni ha presentado pruebas contundentes. En los gustos y preferencias sexuales de las personas nadie debe intervenir, pero si se hace necesario que se tomen cartas en el asunto para evitar a toda costa que por encima de las capacidades físicas, teóricas, técnicas, y arbitrales de cada individuo, predominen para los responsables de administrar el tema, las recomendaciones que puedan existir para pagar esta clase de servicios".
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