Más de 1.300 de esos controles se realizaron en sus dos competiciones de clubes más importantes; 1.116 muestras se analizaron en busca de EPO y un total de 476 test se hicieron fuera de competición, lo que representa una cuarta parte del total de los análisis hechos durante la temporada completa.
Dentro de la Liga de Campeones 2009-2010, la UEFA hizo controles a 780 jugadores; en 684 muestras se analizó la posible presencia de EPO y los análisis en competición se realizaron en 76 partidos.
Fuera de competición los controles afectaron a los 32 clubes participantes en la fase de grupos y los oficiales responsables de los análisis hicieron 48 visitas a los equipos para someter a control a 476 jugadores, todos con detección de EPO.
En la Liga Europa se hicieron controles en 146 partidos para someter a análisis a 586 jugadores y 396 pruebas para detectar EPO.
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Entre los positivos, uno se confirmó por cocaína en un jugador en la Liga Europa, que le costó una suspensión de doce meses, dos por el estimulante cathina en partidos de la Liga de Campeones, hecho sancionado con un partido para cada uno, y el cuarto por el diurético furosemide detectado en un control fuera de competición, que se sancionó con una suspensión durante nueve meses.
La UEFA, que también llevó a cabo sesiones educativas sobre los peligros del dopaje con los equipos participantes en las fases finales de los Europeos sub'19 y sub'17, aseguró que "ha intensificado la coordinación con la FIFA y las organizaciones antidopaje nacionales para llevar a cabo controles inteligentes y efectivos".
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