Aquella victoria se produjo en la primera jornada del campeonato, cuando el proyecto de Josep Guardiola se encontraba aún en fase embrionaria.
La cuestión estaba, por tanto, en saber, en cuántos goles de ventaja se traduciría la notable mejoría que ha experimentado el Barça desde que empezó con suspenso el inicio de curso.
El partido prometía condiciones numantinas -donde el equipo de Soria, nunca mejor dicho, se desenvuelve con mayor comodidad-, pero el temporal de viento que durante todo el día azotó a Cataluña remitió sensiblemente antes del choque.
En cualquier caso, la mejora de las condiciones meteorológicas no varió el guión del equipo visitante, que plantó su muralla de cinco defensas y cuatro medios con las líneas muy juntas desde el primer minuto.
La previsible táctica de Sergio Kresic fue contrarrestada por Guardiola adelantado veinte metros a sus dos laterales, el brasileño Dani Alves y el francés Eric Abidal, quienes doblaban constantemente al argentino Lionel Messi y el francés Thierry Henry por las bandas.
Alves fue el primero en amenazar la meta de Juan Pablo, cuando aún no se había cumplido los cinco minutos de juego, con un centro-chut envenenado por el viento que pegó en el travesaño.
El partido insinuaba prematuramente una nueva goleada local. Sin embargo, tras un cuarto de hora de monólogo azulgrana, el Numancia se desperezó con una primera llegada de Carlos Bellvís por la izquierda que culminó Del Pino con un testarazo a la escuadra. Pérez Lasa, no obstante, anuló el tanto visitante por una discutible falta del propio Del Pino a Iniesta en el salto.
El Numancia ya no se acercaría más en toda la primera mitad a la meta defendida por Valdés, y el Barça pareció sentirse agraviado por el tanto, aunque rigurosamente invalidado, del rival.
Messi y Alves empezaron a hacer de las suyas por la banda derecha y Xavi Hernández, Gerard Piqué, Iniesta tuvieron tres ocasiones clarísimas para abrir la cuenta antes del descanso.
Pero el gol no llegó hasta justo después de la reanudación, en una pequeña obra de arte de Alves. El incansable lateral brasileño se desdobló por banda derecha, controló con el pecho un pase de Xavi, la bajó con la cabeza hacia Messi y el argentino acarició el balón al primer toque para enviarlo fuera del alcance del meta Juan Pablo Colinas (1-0).
Cuatro minutos después, el camerunés Samuel Eto'o haría el segundo al recibir entre líneas de Iniesta y ganarle el mano a mano el portero del Numancia (2-0).
Parecía que el Barça había finiquitado el partido, pero el conjunto soriano no se arrugó. Kresic mandó a sus hombres apretar un poco más arriba y el Numancia sacó petróleo de las jugadas a balón parado. En la primera de ellas, una falta en la frontal por unas manos involuntarias de Piqué, Javier Barkero lanzó un obús que superó la barrera y también la resistencia de Valdés, cuando aún quedaba media hora de juego (2-1).
Txomin Nagore lo probó poco después en otro libre directo que esta vez pilló bien colocado al meta azulgrana. Y el Barça, por primera vez pareció ausentarse por momentos del partido.
Pero si el equipo de Guardiola ahora mismo va sobrado de algo es de pegada, sobre todo, la de sus tres puntas. Henry sacó su equipo del pequeño apuro con un remate a la media vuelta en el minuto 70, y Messi, en jugada personal, hizo el cuarto cinco minutos después.
Ahí dimitió definitivamente el Numancia, y los de Guardiola jugaron a placer el último cuarto de hora. Pudieron caer un par de goles más, porque Messi, muy enchufado en la recta final del choque, y Eto'o se encontraron cara a cara con un inspirado Juan Pablo, en un par de ocasiones cada uno.
Barcelona (España)