A cuatro días de iniciar su clasificación para el Mundial de 2018 ante Noruega, Schweinsteiger jugó su 121 y último partido con el vigente campeón mundial.
Lo hizo en Mönchengladbach, en el mismo terreno en el que marcó sus dos primeros goles con el equipo nacional, el 8 de junio de 2005 contra Rusia en un amistoso que terminó 2-2.
"No me esperaba que fuese así. Solo quería aprovechar del momento, pero que fuese tan bello no me lo esperaba", explicó Schweinsteiger.
"La ‘mannschaft’ es como una familia, nos conocemos todos, los cuidadores, Löw ha sido mi entrenador durante años. En este equipos somos amigos y he disfrutado jugando en él", añadió.
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"Es el adiós que merecía Bastian. Hemos trabajado juntos 12 años y cada vez alcanzamos como mínimo las semifinales. Siempre estaba tranquilo con él estaba en la cancha, siempre asumió sus responsabilidades en el terreno", aseguró por su parte el seleccionador.
Schweinsteiger, de 32 años, se emocionó durante el homenaje que recibió antes del partido y después jugó con un equipo muy experimental, lleno de jóvenes, y sin las principales piezas que llevaron a la ´mannschaft’ a ganar la Copa del Mundo de Brasil-2014.
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Así, el arquero Marc André Ter Stegen estuvo bajo palos en el lugar de Manuel Neuer, que ocupó un lugar en el banquillo junto a Mats Hummels, Mesut Özil y Thomas Müller.
El seleccionador Joachim Löw, en el puesto desde hace 10 años, había prometido renovar el equipo que alcanzó las semifinales de la pasada Eurocopa y sacó un once inicial con tres de los jóvenes que alcanzaron la final olímpica en Rio.
Uno de ellos, Max Meyer, abrió el marcador al inicio del segundo tiempo al rematar un centro de Mario Götze en el minuto 55.
El segundo tanto, en el tramo final del partido, fue anotado por Özil pocos minutos después de saltar a la cancha, faltando quince minutos para el final del encuentro.
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