La victoria le permitió a la selección del técnico Mano Menezes, presionada tras no haber mostrado su mejor versión en los Juegos Olímpicos, recuperar parte de la confianza perdida en Londres.
La recuperación de la selección medalla de plata se produjo ante una Suecia que no convocó a ocho de los jugadores empleados en la Eurocopa de este año, de la que se marchó eliminada en la primera fase. Tampoco jugó por lesión su emblema, Zlatan Ibrahimovic.
Aunque fue claramente superior en los 90 minutos, el amplio marcador no fue reflejo de un partido en que Brasil atacó pero falló en las finalizaciones en varias oportunidades.
Brasil abrió el marcador con Leandro Damiao y tan sólo consolidó su ventaja en los diez últimos minutos, cuando Alexandre Pato sustituyó a Damiao y anotó los otros dos goles.
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Además de servir a Brasil para retomar la confianza en un trabajo cuestionado tras los Olímpicos, a donde acudió como favorita al oro con la base del equipo con el que pretende disputar el Mundial del 2014, el compromiso también sirvió para homenajear a los brasileños que conquistaron en Rasunda el Mundial de 1958 a expensas de Suecia.
Tras diversos homenajes a los campeones brasileños y a capitanes en diferentes épocas de la selección sueca, el 'rei' Pelé, la gran atracción de los actos festivos, dio una vuelta olímpica y el puntapié inicial del partido. "Fue muy emocionante. Para mí todo comenzó aquí a los 17 años", admitió el tres veces campeón mundial.
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Desde el primer minuto, Brasil, reforzado por cuatro jugadores que no habían sido convocados para los Olímpicos, se mostró mucho más seguro que en Londres.
La experiencia del centrocampista Ramires y del lateral Daniel Alves garantizaron seguridad en la zaga y una mejor salida al ataque, y permitió que Neymar y Leandro Damiao jugaran más libres.
Brasil comenzó a buscar el gol desde el primer minuto y generó numerosas jugadas de peligro pero falló en las finalizaciones.
En el minuto 18, tras un remate de fuera del área que Oscar estrelló en el poste, Neymar tomó el rebote y venció a Isaksson, pero el árbitro anuló la acción por supuesto fuera de lugar.
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Seis minutos después Daniel Alves cobró un tiro libre que pasó a pocos centímetros del arco sueco.
En el primer tiempo, la franja derecha fue dominada por el centrocampista Ramires y el lateral Daniel Alves lo que le dio una nueva cara a la selección brasileña.
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Brasil, que tocaba con facilidad y creaba diferentes jugadas de peligro, se fue en ventaja a los 31 minutos con un cabezazo de Leandro Damiao tras un levantamiento milimétrico de Neymar.
El gol aumentó la seguridad de los brasileños que tuvieron varias oportunidades de aumentar la diferencia.
Suecia, que intentó sorprender con contragolpes, por poco llega al empate al final del primer tiempo tras un intercambio de pases entre Berg y Toivonen, que exigió a fondo al portero Gabriel.
En el segundo tiempo, el partido parecía más parejo pero la balanza volvió a inclinarse para Brasil tras varios cambios.
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Pato, que ingresó en el lugar de Damiao, tuvo dos minutos de inspiración y, tras un gol en una posición dudosa faltando diez minutos para el fin, creó la jugada en la que sufrió el penalti que él mismo convirtió dos minutos después para establecer la goleada.
Ficha técnica
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0. Suecia: Andreas Isaksson; Sebastian Larsson, Andreas Granqvist, Jonas Olsson, Behrang Safari; Samuel Holmén, Pontus Wernbloom; Rasmus Elm (Svensson, m.70), Christian Wilhelmssonm (Kacalinik, m.72), Ola Toivonen; y Marcus Berg (Tobias Hysén, m.72). Seleccionador: Erik Hamrén.
3. Brasil: Gabriel; Daniel Alves, Thiago Silva, David Luiz (Dedé, m.80), Alex Sandro; Rómulo, Paulinho (Sandro, m.89), Ramires, Oscar (Hulk, m.80); Neymar (Lucas, m.82) y Leandro Damiao (Alexandre Pato, m.80). Seleccionador: Mano Menezes.
Goles: 0-3, m.31: Leandro Damiao. 0-2, m.83: Alexandre Pato. 0-3, m.85: Alexandre Pato.
Árbitro: El húngaro Viktor Kassai amonestó al sueco Pontus Wernbloom por el
cometido a Pato en el minuto 85.
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Incidencias: partido conmemorativo para despedir el estadio Rasunda de Estocolmo, que será demolido y en donde Brasil conquistó su primer título mundial, en 1958.