Todo parece indicar que la inestabilidad institucional que generaron los vaivenes de María Clara Naranjo, hasta esta semana vicepresidenta del Cali y la encargada del músculo financiero de la institución, han causado una profunda huella en el equipo.
Del Cali que cabalgó en el cuadrangular semifinal de diciembre pasado y que le hizo frente con bravura a Nacional en la final queda poco. Claro, ganó la Superliga frente a ese mismo rival, pero un par de días después el cuadro verdolaga le pintó la cara en el Pascual y ahora fue el Once Caldas el que celebró en patio azucarero.
Flabio Torres y su muy aplicado equipo no tienen la culpa de que en este Cali "postMaría Clara" se corra poco y se entregue menos. El blanco fue con un esquema para asegurar el cero atrás y con orden y mucho trabajo táctico sacó el partido, especialmente en los últimos minutos cuando el Cali, herido, trató de acorralarlo para encontrar un empate que no se dio.
Patricio Pérez, tras una buena jugada colectiva, anotó al 34 el que sería el gol de la victoria, pero hay que destacar el trabajo de un plantel muy serio en el que todos corren, todos trabajan y todos responden. El Once, de a pocos, ya va tomando la cara que Torres quiere que tenga, y el Deportivo Pasto es testigo de que cuando los jugadores le rinden a Flabio, el equipo llega lejos.
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En cambio a su colega Leonel Alvarez no le salen las cosas. Que estuvo cerca de empatar, sí, tuvo opciones que José Fernando Cuadrado impidió, pero el sabor que quedó en el Pascual es que este Cali bajó la guardia y parece querer recibir golpes.
Qué tanto tenga que ver la influencia de María Clara Naranjo y los rumores que ha despertado su salida es algo que se debe resolver esta semana, porque la cosa no puede seguir así. Menos cuando la Copa Libertadores con su gloria y su bolsa están al frente.
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