Durante la semana Gol y paz, promovida por la Corporación Reconciliación Colombia y otras organizaciones sin fines de lucro, personalidades y niños se reunieron en la plaza de Bolívar, en el centro de Bogotá, para disputarse el balón de una forma muy especial, con normas creadas por ellos mismos.
La metodología se llama Fútbol 3 y "tiene como objetivo promover la paz, la equidad de género y la reconciliación", según explicaron los organizadores del evento en un comunicado.
Esto consiste, básicamente, en un divertido y curioso proceso de negociación de las reglas de juego, que proponen los integrantes de cada equipo y que luego consensuan todos los participantes.
En este caso, las ocurrentes reglas consistieron en que al cometer una falta todos los jugadores del equipo debían arrodillarse a pedir perdón al otro equipo o en que el primer gol válido lo tenía que anotar una niña.
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Entretenido y muy entusiasta, Vives dijo a la AFP que participó en esta actividad para "unir esfuerzos y enviar este mensaje de solidaridad, de reconciliación, de amor".
La idea es que "nos reconozcamos todos como colombianos y compartir con nuestra gente que viene de poblaciones olvidadas, poblaciones muy dolidas. Como colombianos abrir el corazón, abrir nuestra mente, recibirlos, llorar con ellos, trabajar con ellos", agregó el popular músico colombiano.
En el peculiar juego participaron también el alcalde de Bogotá, Enrique Peñalosa, el exjugador profesional Juan Pablo Ángel, presentadoras de la televisión local y otras personalidades.
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Para Andrés Wiesner, de la Fundación Tiempo de Juego, una de las organizaciones que promovieron esta iniciativa, el fútbol es una herramienta que "puede ayudar a que los jóvenes sean mejores personas" en un contexto como el colombiano.
Como parte de la semana Gol y paz también se han organizado galas musicales y un foro académico sobre el rol del fútbol en promover la construcción de la paz.
Colombia vive un conflicto armado que ha enfrentado durante más de 50 años a guerrillas de izquierda, paramilitares de derecha y fuerzas públicas y deja ya 260.000 muertos, 6,8 millones de desplazados y 45.000 desaparecidos.
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