En 2017 pasará de cinco a cuatro la cuota de futbolistas extranjeros permitidos por equipo, con el objetivo de limitar los sobrecostes que afrontan los clubes más ricos, y favorecer a los jugadores locales.
"Los jugadores extranjeros de alto nivel aportaron su energía a la CSL (el campeonato chino) (...) pero también crearon una carga económica para los clubes, reduciendo las oportunidades para nuestros jugadores", lamentó en un comunicado la CFA, que precisó que hasta tres jugadores extranjeros podrán estar a la vez en el terreno de juego.
Luego de un llamamiento del gobierno chino a hacer del país una superpotencia del fútbol de aquí a 2050, los clubes de la liga doméstica gastaron más de 380 millones de euros en adquirir jugadores en 2016, de los que 71 corresponden sólo a lo desembolsado esta semana por el Shanghai SIPG por el brasileño Oscar, ex del Chelsea.
El mercado de traspasos se abre oficialmente en China en una semana, y las nuevas reglas entrarán en vigor cuando comience el campeonato, en marzo.
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Los clubes chinos, a menudo pertenecientes a ricos conglomerados empresariales, reclutan a jugadores de talla mundial a precio de oro.
Los medios oficiales chinos comienzan a alarmarse por una "burbuja" en el sector.
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