La alcaldía de Río de Janeiro selló este miércoles las instalaciones de practica del equipo 'fla', veinte días después de la tragedia en el dormitorio de las divisiones juveniles en el que murieron diez adolescentes.
Fiscales de la Alcaldía comparecieron a primera hora de este miércoles al llamado Ninho do Urubu (Nido del Buitre), como es conocido el complejo de entrenamiento del conjunto carioca, para notificar al Flamengo sobre su decisión de cerrar la instalación y cerrar las puertas con lacres y el aviso de la decisión oficial.
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La Alcaldía también determinó que miembros de la Guardia Municipal flanqueen las puertas del centro de entrenamientos, ubicado en la zona oeste de la ciudad, para evitar que la dirección del Flamengo decida reabrirlo sin autorización oficial, como ocurrió en octubre de 2017.
El Flamengo había sido notificado en repetidas ocasiones porque su instalación no tenía todas las autorizaciones para funcionar, incluyendo la licencia del Cuerpo de Bomberos, pero las advertencias fueron ignoradas.
El club fue sancionado con 31 multas por tales irregularidades, de las cuales solamente pagó 10.
Según la Alcaldía, el Flamengo infringió la ley al mantener la instalación en funcionamiento pese al cierre ordenado en octubre de 2017 por construir un alojamiento para los atletas de sus divisiones inferiores sin haber solicitado la respectiva licencia ni informado a las autoridades sobre las obras.
Fue precisamente en el alojamiento irregular, un conjunto de contenedores adaptados para servir como dormitorio, que se produjo el incendio del 8 de febrero pasado en el que murieron los diez jóvenes jugadores, incluyendo quienes eran considerados como promesas del fútbol brasileño.
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La tragedia al parecer fue provocada por la falla en un aparato de aire acondicionado en uno de los dormitorios y por la falta de un sistema de alarma.
Según la documentación en manos de la Alcaldía, en el área en que estaban los dormitorios debería funcionar un estacionamiento.
Los dirigentes del Flamengo han negado que el accidente tuviese relación con las irregularidades y garantizado que, de los nueve certificados necesarios para funcionar, apenas les faltaba el de los bomberos, que venían gestionando.
La Justicia ya había prohibido el 13 de febrero pasado la entrada de menores de edad a las instalaciones del Ninho do Urubu hasta que el club tuviese todas las licencias, pero la entidad seguía usando el centro para los entrenamientos de su equipo profesional.
La dirección del Flamengo abandonó la semana pasada una negociación mediada por la Fiscalía para determinar extrajudicialmente el valor de las indemnizaciones que pagará a las familias de las víctimas del incendio, por considerar que las sumas exigidas eran demasiado altas.
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