Desde este sábado hasta el día de la final, el 24 de mayo, los 350 futbolistas, sacerdotes y seminaristas presentes en Roma y procedentes de todo el mundo y que componen los 16 equipos participantes saltan al campo para competir por la ya histórica Copa con el Saturno (sombreo de ala usado por los papas).
Como siempre, el escenario será el campo del Oratorio de San Pedro, junto a la impresionante Cúpula de San Pedro del Vaticano y los campeones a batir serán de nuevo los estadounidenses del North American Martyrs, campeones de las dos últimas ediciones.
La idea del lema la explicó uno de los organizadores, Padre Alessio Albertini, al afirmar que "el deber de un capitán es el de animar al equipo y ser el punto de referencia en los momentos difíciles, dar valor a los jugadores sin confianza y ser el símbolo del conjunto y ¿quién encarna mejor esta figura del papa Francisco tanto en el terreno de juego como en el mundo?".
En el campeonato vaticano se han creado cuatro grupos, cada uno con cuatro equipos y comenzará con los campeones del North American Martyrs contra los Agustinianum-Marianum y también será el debut del Colegio Mexicano contra el Colegio Urbano.
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‘La Roja' representada en el Colegio Español de Roma debuta el domingo ante el Instituto Teológico San Pietro y espera este año mejorar la temporada pasada cuando no consiguieron pasar a cuartos.
Italia es el país más representado en esta liguilla con 42 futbolistas, casi todos pertenecientes a los dos seminarios diocesanos romanos y el Seminario Romano Mayor Redemptoris Mater, después la Nación más representada es México con 33 jugadores y le sigue Brasil con 22 jugadores.
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También están representados Estados Unidos, España, Colombia , Paraguay , Croacia, Zambia, Nigeria, Australia, India, Pakistán, Timor Oriental, Ucrania y Botswana.
Además de promover el ‘fair-play' (juego limpio) en esta edición también se ha organizado un "Tercer tiempo" bautizado con el juego de palabras: ‘fair-pray' (oración limpia) en el que los futbolistas de ambos equipos además de apretones de manos y abrazos tras el pitido final se reunirán en el centro del campo para una oración de acción de gracias.