El presidente de Argentina, Mauricio Macri, anunció este viernes esta determinación tras varios años de obligar a los equipos locales a jugar solo con sus seguidores en las gradas para evitar violencia.
"Como este es un hecho excepcional, que nunca más se va a volver a repetir, acordamos que sí vamos a permitir que vaya público visitante", informó el jefe de Estado, que fue presidente de Boca entre 1995 y 2007, a 'Radio La Red'.
Minutos antes, Macri anunció en su cuenta de Twitter que había pedido a la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, trabajar con el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, donde Boca y River tienen sus estadios, para que el público visitante pueda asistir.
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"Esta mañana, cuando me levanté, dije 'vamos a hacer que esta final tenga todos los condimentos que tuvieron otras finales en otros momentos de la Argentina'", dijo Macri, quien aclaró que ya ha habido una reunión de trabajo esta mañana en la que autoridades están estableciendo los detalles del operativo.
El presidente concretó que habló con el alcalde capitalino, Horacio Rodríguez Larreta, y determinaron que esta decisión será "algo excepcional", ya que "hasta que no se normalice la organización de los espectáculos deportivos", estos requieren de una cantidad de policía "que desatiende otras cosas que son necesarias".
"Acordándome de aquella semifinal con River que ganamos (también por la Libertadores)... y un estadio en silencio. No escuchar nada cuando el visitante mete un gol... eso no es el fútbol", agregó.
Dijo estar convencido de que esta final de la Copa Libertadores es una "oportunidad histórica" que hay que inmortalizar "con un espectáculo completo".
"Y eso es que haya una hinchada visitante. Todos tenemos que comprometernos", sentenció.
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El partido de ida de esta final tendrá lugar en La Bombonera, el estadio de Boca, el 10 de noviembre.
Y el decisivo partido de vuelta el día 24, apenas seis días antes de que a poca distancia del estadio Monumental de River Plate se celebre la cumbre de presidentes del G20, un evento que ya hizo mover las fechas previstas en un principio.
Desde hace varios años, la violencia registrada en los estadios de los principales equipos argentinos dejó hinchas muertos y llevó a las autoridades a prohibir en cada estadio el acceso del público del equipo rival.
Macri reiteró que Argentina tiene que demostrar que está cambiando y que a rivalidad futbolística "no puede pasar nunca al plano de la violencia".
Hasta ahora, solo tres veces ambos equipos se han enfrentado en una final, pero ninguna en Libertadores.
Boca disputó once veces la final del torneo continental, de las que ganó seis, mientras que River llegó a seis y venció en tres.
Además del atractivo por el enfrentamiento entre los dos equipos más emblemáticos del país, Macri explicó que lo inédito del encuentro reside también en que los próximos cambios en el reglamento de la Confederación Sudamericana de Fútbol se impedirá que siga habiendo una final de "ida y vuelta". Será única, en un estadio elegido con antelación.
Macri anticipó que no va a ir a la cancha de su Boca Juniors.
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