La sanción a Croacia es consecuencia del encendido y lanzamiento de bengalas, así como por conducta impropia de sus seguidores en el partido contra España de la fase de grupos de la competición disputado en Gdansk el 18 de junio.
En el caso de Portugal la multa responde también al comportamiento inapropiado de sus aficionados, con intento de invasión de campo por uno de ellos, en el encuentro de cuartos de final contra la República Checa jugado en Varsovia el 21 de junio.