El flojo arranque del equipo motilón tiene con cara de preocupación a más de uno en la perla del oriente. El Cúcuta Deportivo ha recibido siete goles en dos partidos y aún no marca en lo que va de la liga águila. Si bien se entiende que estamos en la segunda fecha, que prácticamente toda la nómina de jugadores es nueva porque el equipo contrató para este semestre quince jugadores y que el técnico Flabio Torres a tres días del debut en liga aún no contaba con la nómina completa y a su llegada no encontró herencia futbolística de parte de los técnicos Alberto Suarez y Marcelo Fuentes, esa parca denominada descenso que ya padeció el equipo en 2013 y lo tuvo un año completo en la segunda división del fútbol profesional colombiano, empieza a asomarse en las graderías del estadio General Santander preocupando a jugadores, directivos e hinchas. Siempre que se fracasa y se quiere mejorar se empieza por hacer una revisión y encontrar los errores para su corrección. ¿Qué pasa en el Cúcuta Deportivo? ¿Cuál ha sido el problema para que al grupo no se le hayan dado los resultados y se encuentre en el último lugar de la tabla del descenso a doce puntos de la salvación? Muy sencillo, la improvisación. En la primera fecha el equipo jugó con un 81.8% de la nómina nueva. Los únicos jugadores que actuaron esa tarde en el Metropolitano que sobrevivieron del primer semestre en el equipo fueron: Jhon García, defensa central y Jhonnatan Palacios, delantero. El equipo arrancó con una defensa pesada y de titular Luis Delgado que llevaba cuatro días en la ciudad y Elkin Calle que sólo había realizado una práctica con el club. Para los críticos el Cúcuta es un fondo pensiones, para los optimistas un grupo experimentado que quiere consolidarse; pero la realidad es que el Cúcuta no deja de ser un asociación de jugadores que aún no logran consolidar un equipo en la cancha. Por eso los errores infantiles del primer partido. La perdida en la marca de García a Andrés Correa que le dio el primer gol a Junior o el error increíble de Delgado y Centurión en el cobro de pelota quieta que aprovechó Vladimir Hernández para el segundo gol. Improvisación, esa misma que también se vio reflejada en Bogotá. Aunque se jugó bien en los primeros minutos de juego, el equipo viajó a la capital de la República sin el protagonista más importante, Gol. El hombre que se pensó solucionaría este problema se recupera de una lesión en Ecuador y aún no se sabe ¿Cuánto tiempo más habrá que esperarlo? Mientras tanto es ocupada su posición por Palacios, Quintero o Pérez que improvisadamente intentan cumplir con una función muy complicada; ser efectivos. Del partido se puede decir que el equipo salió con impetud, jugándole de tú a tú a Independiente Santa fe, creando la primera opción clara de gol a los diez minutos de juego, pero la pelota no entró. Caso contrario en el arco propio, después de un tiro de esquina Jhon Hurtado de auto gol desbarató el sistema de juego que había planteado el técnico Torres en Bogotá y el grupo nunca pudo recuperarse de ese tras píes, en consecuencia encajó cuatro goles más. Un indio sin flechas, un tigre sin colmillos, que tiene la astucia del cazador y la convicción de una fiera pero que no posee herramientas para ejecutarlas. Esperamos que en casa frente a Patriotas las cosas mejoren, que el gran cacique permita que el indio motilón logre iniciar la cacería de la permanencia en la primera categoría en su estadio y frente a su público que grita hoy más que nunca, ¡Si se puede! Por: Eduard Lizcano Tamayo / Twitter: @drlizcano
Cúcuta Deportivo: Un indio sin flechas
Actualizado: enero 25, 2017 11:58 a. m.