Tanto la Federación Alemana de Fútbol (DFB), como el presidente del Bayern, Karl-Heinz Rummenigge y los propios jugadores expresaron su disgusto por la decisión de la federación brasileña, que exige a sus internacionales que estén el sábado en Río de Janeiro.
"Discutimos en profundidad las fechas y confiábamos en que se encontraría una solución, en caso de llegarse a esta situación", explicó el secretario general de la DFB, Helmut Sandrock, tras conocerse que Brasil persistía en su exigencia.
"No entendemos por qué los brasileño son tan obstinados en esta cuestión", añadió el representante federativo.
Bayern tuvo que excluir este jueves a ambos internacional brasileños de la convocatoria para la final del sábado, a disputar en Berlín contra Stuttgard.
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El poderoso club bávaro aspira a conseguir ahí el que sería su tercer gran título de la temporada, tras el de la Bundesliga y el de Liga de Campeones.
Sería la primera vez que lo logra un equipo en Alemania y la despedida de oro para el técnico saliente, Jupp Heynckes, cuyo puesto asumirá el 26 de junio el exentrenador del Barcelona Pep Guardiola.
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"Tenemos la clara impresión de que se ha impuesto una especie de terror psicológico sobre los jugadores", apuntó Rummenigge, tras despedir a los brasileños, camino a su país, donde se les requiere para jugar la Copa Confederaciones.