"No ha habido un apartado en el que no hubiéramos merecido ganar. Pero cuando en una temporada se reiteran este tipo de situaciones, el enfoque tiene que ser mucho menos generoso", analizó Bielsa antes de destacar que "el aporte de los futbolistas fue globalmente satisfactorio, tanto en la prestación física como anímica".
"En lo que va de temporada he tenido que reiterar este tipo de análisis y eso me inhibe insistir con lo mismo. El partido fue uno hasta que el marcador se puso 2-3. Hasta ahí me pareció que lo nuestro fue satisfactorio. Después del empate, cuando estábamos empezando a buscar la definición del partido, el tercer gol tuvo un efecto definitivo para el resultado final", reflexionó el argentino.
Bielsa añadió que "el único camino" que le queda al Athletic es "observar los errores, analizarlos, tratar de corregirlos y tener tolerancia y paciencia cuando sucede lo que no queremos que pase".
"Jugadores y cuerpo técnico le dedicamos mucha atención a esos errores porque el sufrimiento que produce perder nos activa, pero hay veces que describir el problema y articular recursos para que no vuelva a pasar no es suficiente. Posiblemente no haya dado con la respuesta adecuada para determinados problemas", dijo.
Cuestionado sobre las muestras de desaprobación del público que asistió a San Mamés cuando sustituyó del campo a Aritz Aduriz para dar entrada a Fernando Llorente, Bielsa prefirió no "opinar" si los aficionados "están acertados o soy yo el que actúa correctamente".
"El público lo que dijo es que las decisiones que tomé no son las adecuadas. Entendió que esa sustitución no correspondía. Las decisiones las tomo convencido de que son las mejores y no podría decir que soy infalible en las decisiones que tomo", concluyó.