Son una lista de elegidos que tienen la suficiente sangre fría para conseguir que el tiempo se detenga durante los instantes en los que el balón flota mientras el portero se vence hacia un lado impotente. Es arriesgado, pero muy vistoso. Y muy pocos se arriesgaron en hacerlo.
Andrea Pirlo fue el último de todos ellos. El jugador transalpino encaraba el segundo penalti de la tanda ante Inglaterra. Antes, falló su compañero Riccardo Montolivo. Otro error habría dejado a Italia prácticamente eliminada. Pero el medio del Juventus tuvo la capacidad para marcarlo y dar moral a sus compañeros.
"Vi que Hart (guardameta inglés) estaba muy motivado. Quería meterle presión. Pensé que lo más fácil para eso era tirar el penalti como lo tiré", declaró después del partido el protagonista, que con su acción coronó su noche soberbia de fútbol de esmoquin.
Antes, Pirlo ya se había atrevido a lanzar con Italia una pena máxima con la misma tranquilidad. Fue en un choque menos importante, pero tampoco falló. La víctima fue Montenegro, en la fase de clasificación para el Mundial de Sudáfrica en 2010.
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Pero en su país no fue el único en imitar a Panenka. De hecho, en Italia, este arte de tirar penaltis no se denomina ‘al estilo Panenka', se llama "il cucchiaio" (la cuchara) gracias al centrocampista Francesco Totti. En otra Eurocopa, en la de 2000, hizo lo mismo en cuartos de final. Esta vez el rival era Holanda y tampoco falló.
En otra edición de la misma competición, en Portugal 2004, el delantero luso Helder Postiga se arriesgó en la tanda de cuartos de final contra Inglaterra. También tuvo éxito. Su toque sutil entró con suspense y el fallo posterior del británico Darius Vassell dio a los portugueses el pase a semifinales.
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En otras competiciones internacionales otros jugadores también se arriesgaron. Tal vez sea el que lanzó Zinedine Zidane en la final del Mundial de Alemania en 2006 el más llamativo. El francés se lo marcó a Italia y sirvió para poner por delante a su país en la primera parte, aunque después perdió el título precisamente en la tanda de penaltis.
Otro experto, para lo bueno y para lo malo, es el uruguayo Sebastián Abreu. Lo tiró en muchas ocasiones con diferente suerte. Incluso lo hizo dos veces en el mismo partido, en febrero de 2011, cuando en el Botafogo falló uno en el duelo contra Fluminense y cinco minutos después lo volvió a tirar de la misma forma acertando.
En competiciones más importantes ‘el Loco' también repitió la intentona. Lo hizo en los cuartos de final del Mundial de Sudáfrica de 2010 ante Ghana y en la Copa de América de 2007 frente a Brasil. En ambos acabó celebrando un gol.
Otros como el ucraniano Artem Milevsky lo intentó y no erró en el Mundial de Alemania en la tanda de los octavos de final contra Suiza. También el argentino Juan Román Riquelme en las semifinales de la Copa América de 2007 frente a México y Gonzalo Pineda a Argentina en la Copa Confederaciones de 2005.
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Son muchos los que imitaron a Antolin Paneka, el checo que patentó este arte. Cuando en algún partido importante alguien lo consigue, a veces alza la voz para analizar el lanzamiento en cuestión.
No todos tienen éxito, si no que se lo digan al jugador del Getafe Javier Casquero, que falló uno contra el Real Madrid en el Santiago Bernabéu. Entonces, Panenka sentenció: "Tal vez, es el peor penalti a lo Panenka que le he visto a un jugador profesional". Este domingo, no pudo decir lo mismo de Pirlo.
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