La amenaza latente, decidida de forma unilateral por cada uno de esos tres clubes históricos del país, llega bajo un telón de fondo de crisis en el fútbol griego por la desconfianza total en la Federación de fútbol. "El Panathinaikos no desea participar en un nuevo campeonato con árbitros designados a dedo y que, en las condiciones actuales, no debe comenzar", declaró el "Pana" en un comunicado.
"Las mismas fuerzas mafiosas y organizaciones criminales que han desmantelado el fútbol griego sin respeto por la equidad deportiva, quieren volver a empezar", añadió.
El equipo de Atenas afirmó que la Federación no mantuvo su promesa de modificar el sistema de designación de árbitros para los partidos de primera división (Superliga), pese a la reciente mediación de la UEFA.
A su turno, el ministro adjunto de Deportes, Stavros Kontonis, había criticado a la Federación griega esta semana con un carta enviada a la FIFA, solicitando de forma temporaria la puesta en práctica de una administración especial al frente de la Federación helena, bajo pena de suspensión pura y simple del campeonato.
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El AEK Atenas y el PAOK también dispararon con dureza contra la Federación.
"No somos cómplices de una organización criminal", escribió el elenco ateniense en un comunicado. "Un torneo con la misma gente llena de vicios y los mismos árbitros sospechosos no pude arrancar", señaló.
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En ese sentido fue el reproche del gigante de Salónica. "Nadie se sorprende por la actitud de la Federación. Hay gente que vino a buscar asilo en el fútbol, pero no lo tendrán delante de la justicia", concluyó el PAOK en su comunicado.