"El país está agradecido del esfuerzo que hicieron y les estamos devolviendo lo que se les quitó en la cancha", explicó el presidente panameño, Juan Carlos Varela, que recibió a la selección nacional en el palacio presidencial como muestra de apoyo y "lealtad de Estado".
También estaba presente la primera dama, Lorena Castillo, que llevaba puesta la camiseta canalera.
"Antes se gastaban decenas de millones en publicidad. Yo no gasto en imagen, no gasto en publicidad. Esos fondos que nos ahorramos los vamos a destinar a nuestra selección. Me siento orgulloso de ustedes", apuntó Varela cuando periodistas le cuestionaron si la ayuda era excesiva.
El pasado 22 de julio la selección panameña perdió con México en la semifinal de la Copa de Oro (1-2) por un controvertido arbitraje que ha hecho correr ríos de tinta en el país centroamericano y ha puesto en entredicho a la Confederación Norte Centroamérica y el Caribe de Fútbol (Concacaf).
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El árbitro estadounidense Mark Geiger concedió dos penaltis dudosos a México y le dio así el pase a la final. El primero se pitó a un minuto del fin del tiempo reglamentario, cuando Panamá ganaba por 1-0, y el segundo en el primer tiempo de la prórroga de treinta minutos.
El Presidente reconoció haberse sentido "dolido como un panameño más" y repitió el mensaje que publicó en su cuenta de Twitter nada más acabar el partido: "Hay victorias sin gloria y hay glorias sin victoria".
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A pesar de la indignación nacional, que ha llegado hasta el Parlamento nacional, donde los diputados aprobaron una resolución de condena en contra de la Concacaf, Panamá ganó el pasado sábado a Estados Unidos y se hizo con el tercer puesto del torneo.
La selección nacional se centrará ahora en las eliminatorias del Mundial de Rusia 2018. Por eso, como acto simbólico, Varela le entregó una bandera panameña al capitán del equipo, Román Torres.
"Estoy seguro de que me la vas a devolver en Rusia en 2018", le dijo el mandatario a Torres.