El uniforme lleva incorporada una capucha con la principal función del tradicional velo "hiyab", tapa la cabeza y el pecho. De esta manera, las chicas no provocarán amenaza de los talibanes, cuyo régimen oprimió el deporte a las mujeres entre 1996 y 2001.
Esta selección afgana nació en 2005 por medio de cuatro jóvenes, quienes frente a la oposición de una cultura impregnada por el machismo, sentaron las bases del fútbol femenino en el país.
El diseño con "hiyab", medias y un body que cubre los brazos, es producto de las indicaciones de la ex capitana y activista por derechos de la mujer, Khalida Popal.
"Fue un gran honor ser capitana del equipo de mi país, pero fue un honor aún mayor ser vista como un modelo a seguir y una inspiración para miles de niñas y mujeres jóvenes en Afganistán", afirmó Khalida.
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Y es que en muchos países islámicos las mujeres juegan con el velo metido en la camiseta, lo que resulta incómodo en muchas ocasiones. La creación de este uniforme permite libertad de movimientos y de acción sobre el campo de juego.