"Animo a todos los que participarán en este evento deportivo a actuar con diligencia para que se viva como una expresión de las más nobles virtudes y acciones humanas en un espíritu de paz y de sincera alegría", se lee en el mensaje.
Benedicto XVI recuerda que "este evento deportivo no solo implica a los organizadores, atletas y aficionados sino también a toda la sociedad" y por ello "la Iglesia no puede quedar indiferente ante este evento, en particular ante las necesidades espirituales de quienes participarán".
En el mensaje, el papa alemán cita a su predecesor Juan Pablo II, quien decía que "la potencialidad del fenómeno deportivo lo hace un instrumento significativo para el desarrollo global de la persona y un factor útil para la construcción de una sociedad más a medida del hombre".
Y añadía "que el deporte no es un fin en sí mismo sino que es un medio y puede convertirse en un vehículo de civismo, de genuino entretenimiento, estimulando a la persona a dar lo mejor de sí y a rechazar lo que puede ser peligroso o que cause daño a si mismo o a los demás".
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A esta reflexión, Benedicto XVI añadió que además los deportes de equipo, como el fútbol, "son una escuela importante para educar al respeto del prójimo, aunque sea un adversario deportivo, al espíritu de sacrificio personal para beneficiar al grupo, a valorar las dotes de cada elemento que forma el equipo".
"Es decir, a superar la lógica del individualismo, del egoísmo que a menudo caracteriza las relaciones humanas para dejar espacio a la lógica de la fraternidad y del amor", agregó.
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El pontífice concluyó asegurando que en sus oraciones tendrá presente a los voluntarios, futbolistas, aficionados y a todos aquellos que trabajarán en la celebración de esta Eurocopa.