Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Push Gol Caracol
Reciba nuestras notificaciones con lo último de:
No, gracias.
¡Claro que sí!

Publicidad

Empate agónico de Barcelona lo clasificó a la gran final de la Liga de Campeones

Un gol de Andrés Iniesta, cuando el reloj señalaba el minuto 93, le dio el empate 1-1 al equipo español ante Chelsea, y la oportunidad de jugar por el título con Manchester United de Inglaterra. El próximo 27 de mayo, en Roma (Italia), se conocerá al campeón.

La hazaña azulgrana se gestó cuando el equipo jugaba con un hombre menos y tenía prácticamente perdido el compromiso.

Hasta el momento del tanto, el Barcelona, maniatado por el juego físico del Chelsea, no había rematado ni una sola vez al arco defendido por Petr Cech.

Fue Iniesta, el hombre más peligroso de los azulgranas durante todo el partido quien, en el minuto 93, recogió un pase de Messi y lanzó un tremendo zapatazo que se coló al ángulo y resucitó a un equipo que ya estaba muerto.

Había mucha expectación por saber si el Chelsea se atrevería a repetir, ante su afición, el planteamiento ultradefensivo que exhibió en el Camp Nou. Y lo hizo.

Publicidad

Nada que reprocharle. Al Barça, si le juegas de tú a tú, te mata, y el Real Madrid pudo comprobarlo hace cuatro días en el Bernabéu. Hiddink pareció tomar buena nota de ello. Volvió a renunciar al balón y llevó a su equipo a vivir agazapado atrás en busca de alguna contra letal, un balón colgado al musculoso Drogba o un rechazo en segunda jugada.

Y la primera que tuvo, la anotó. Un gran jugada de Essien desde el centro del árez que enganchó de volea un balón rebotado, a los nueve minutos de juego, que se coló por la escuadra derecha de Valdés después de pegar en el travesaño (1-0).

Publicidad

El partido acababa de empezar y el conjunto inglés ya lo tenía justo donde quería: con el marcador a favor, el rival obligado a volcarse en ataque y un montón de espacios para sentenciar la eliminatoria a través del contragolpe.

Mientras, el Barça tocaba y tocaba, con constantes intercambios de posición de los tres de arriba -Messi, Iniesta y Eto'o-, pero obsesionado en entrar por el centro y hasta ‘las barbas del arquero' con el balón controlado, un mal recurrente del conjunto azulgrana que ya parecía olvidado.

A punto estuvo Drogba de hacer el segundo, primero en un mano a mano con Valdés, y después en un lanzamiento de falta que el meta azulgrana logró desviar con la rodilla.

Lampard también tuvo la suya a la salida de un córner, y el Barcelona sufría en exceso con los balones aéreos, pese a que Guardiola apostó por suplir la baja de Puyol y Márquez en el eje de la zaga colocando a Touré como pareja de Piqué, precisamente para ganar presencia por alto.

Publicidad

Ni un sola vez inquietó el Barça a Cech en la primera mitad, pese a que era el único equipo que proponía juego, el que construía en lugar de destruir y el que se erigía en el dueño del esférico. Tres disparos lejanos -y desviados- de Iniesta, Alves y Xavi fue toda la amenaza visitante antes del descanso.

La previsible táctica de los 'blues' tuvo su prolongación tras la reanudación. Los azulgranas -hoy de amarillo- pusieron más ritmo al partido, y el Chelsea aún más ímpetu en la interrupción constante del juego.

Publicidad

Pero por mucho que el Barça lo intentaba, no había manera de perfora la muralla azul, y el Chelsea, casi sin proponérselo, era el que llegaba con más peligro a la portería de Valdés. Drogba tuvo un nuevo mano a mano con el meta azulgrana y Lampard lo volvió a probar en un tiro cruzado.

Con Henry lesionado, Eto'o desaparecido y Messi desactivado, el ataque azulgrana lo porfiaba todo a la inspiración de Iniesta, pero sus jugadas por banda izquierda casi siempre resultaban más bulliciosas que efectivas, y el Barça, con el punto de mira desviado, seguía amenazando a Cech sólo con disparos lejanos.

El árbitro Tom Henning puso la puntilla al conjunto visitante al expulsar a Abidal por un 'piscinazo' de Anelka a 25 minutos del final de partido. Ni siquiera entonces, el Chelsea tuvo reparos en dejar que su rival siguiera llevando la iniciativa del juego.

Henning aplicó la ley de la compensación al no señalar unas claras manos de Piqué dentro del área y dejó que el Barcelona siguiera vivo hasta el final.

Publicidad

Tan vivo, que en la última llegada, en la última aproximación a Cech, en el último empujón del partido, Iniesta dejó mudo Stamford Bridge con un golazo que hizo justicia y que mete al Barcelona en la final de la Copa de Europa. En Roma, espera el Mancheter United.

  • Publicidad