La selección española llegó a su país y apenas aterrizó el avión en el que viajaban la Nación entera entró en éxtasis. Las calles se inundaron para ver a sus héroes desfilar con el sueño que ahora es realidad: la Copa Mundo.
Bandera en mano y con los colores rojo y amarillo en sus rostros, multitud de aficionados se rindieron ante los componentes de la selección española, que exhiben la copa Mundial por las calles de la capital de España un día después de coronarse campeones en Sudáfrica al vencer en la final a Holanda.
Tras mostrar el trofeo al presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, a los Reyes de España y a los Príncipes de Asturias, los jugadores y el cuerpo técnico se dieron un baño de multitudes paseando la Copa por buena parte del centro de la capital española. La multitud se emocionó aún más cuando varios aviones del ejército español pasaron en formación y dibujaron la bandera española en el cielo madrileño.
La espera mereció la pena. La afición, fiel a su equipo durante toda la aventura africana, se mostró incansable a la hora de animar y apoyar en los buenos y malos momentos. Por ello este día les pertenecía, era el día de disfrutar y recoger el fruto del trabajo bien hecho.
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En la explanada de Madrid Río, entre los puentes del Rey y de Segovia, acabó el recorrido triunfal de la selección española de fútbol tras conseguir la Copa del Mundo en Sudáfrica con un gran concierto.
Allí, además de la música, se dejó ver la emoción de los jugadores, los cuales, liderados por 'Pepe' Reina, se tomaron el micrófono e hicieron su propio homenaje.
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El portero hizo una presentación de sus compañeros de equipo y un sincero agradecimiento al público en el escenario preparado para la ocasión en la explanada del Puente del Rey.
"Os queremos la ostia y queremos daros las gracias porque vuestra fuerza nos ha llegado", dijo Reina a las miles de personas, entre las que estaba la infanta Elena, que aguardaron las más tres horas que el equipo tardó en completar el recorrido por la capital.
Entre gritos del público de ""yo soy español" y "oé, oé, oé", los internacionales accedieron al escenario ataviados con banderas de España y de sus comunidades de origen, rociando botellas de cerveza y dispuestos a sumarse a la fiesta que animaba el presentador Carlos Latre y en la que Pepe Reina protagonizó un monólogo inolvidable.
"Albiol se mata por un pin. Piqué el central del mundo. Marchena. Puyol, tarzán de África. Sweet Iniesta. El 7, el gol de España tiene un nombre David Villa. El 8, la batuta, por aquí, por allá, Xavi Hernández. Todo empezó hace dos años y 13 días marcando el gol a Alemania, nos hizo creer y por eso hemos ganado el Mundial, Fernando Torres", gritó.
Maestro de ceremonias desde la Eurocopa 2008, Reina continuó con las presentaciones aludiendo a Iker, "el santo de Móstoles", a Marchena, y mientras trataba de contar que a Fábregas "no le gusta que le llamen empanaó" Gerard Piqué puso por sorpresa a Cesc una camiseta del Barcelona.
"Es el futuro del Barça", dijo Reina antes de definir a Capdevila como "el incombustible y feo de cojones", a Víctor Valdés como "la pantera de Hospitalet", a Juan Mata como "el amigo del amago" y a Xabi Alonso "el pulmón, con heridas de guerra por su país por España".
"El indio de Camas, Sergio Ramos, un poco nervioso a la hora de centrar como dice el mister, Busquets el quitanieves, el de los tentáculos, el que da, quita roba y hace jugar. Arbeloa, que le llamamos el espartano, Pedrito, auténtico e inigualable, que va a su cama y en su cama corre, Llorente, el camión de la roja, Javi Martínez, y el que roba más balones", prosiguió.
Reina elogió "el arte y el amago" de David Silva, bromeó con Jesús Navas, a quien definió como "el pajarillo loco y el nervio de la selección", antes de calificarse a sí mismo como "un humilde speaker, con un dolor de cabeza que no puedo conmigo, que está aquí de corazón".
"La bondad en persona, el hombre correcto, el míster que nos ha traído hasta aquí, que nos ha hecho ganar la amarilla, la que todos queríamos, don Vicente del Bosque", añadió Reina tras pedir un aplauso de reconocimiento para todos los integrantes del equipo, médicos, fisioterapeutas, utileros, delegados, cocineros y policía nacional.