El estadio de Laferrere, de la cuarta división del fútbol argentino, fue suspendido el martes hasta fin de año, horas después que una horda de sus hinchas violentos dejaron un saldo de 26 policías heridos, dos de ellos de gravedad, al atacarlos durante un partido que fue suspendido, según diversos partes oficiales.
El gobernador de la provincia de Buenos Aires, Daniel Scioli, destacó en medio de ese anuncio que recibirán "un castigo ejemplar" las 11 personas fueron detenidas tras esos episodios la noche del lunes.
"Son actitudes mafiosas las de estos sinvergüenzas", destacó el gobernador el martes tras esa espiral de violencia en la cancha de Laferrere, en un partido ante Dock Sud que fue suspendido al promediar el segundo tiempo cuando estaban 1-1 por la tercera fecha del campeonato de primera C, que equivale a la cuarta categoría.
Laferrere es bastante popular dentro del balompié argentino ya que tiene su sede en La Matanza, el municipio más grande de la provincia de Buenos Aires, la principal del país.
Además de los policías heridos, resultaron incendiados cuatro vehículos, entre ellos dos patrulleros, y varias casas fueron dañadas. No se informó sobre heridos entre los hinchas de Laferrere, a los que se señala como únicos responsables de los incidentes debido a la prohibición de visitantes en el fútbol argentino para mitigar la ola de violencia en las canchas.
El jefe de la policía de la provincia de Buenos Aires, Hugo Matzkin, destacó que la violencia se inició cuando unas 200 personas trataron de ingresar al estadio sin entradas. Y cuando policías trataron de controlarlos "algunos miles que estaban en las tribunas descendieron, salieron de la cancha y les hicieron un efecto sándwich".
Dos policías llevaron la peor parte y están graves: uno golpeado con una piedra en la cabeza y otro herido de bala, según el parte policial.
Matzkin afirmó que uno de esos policías "se debate entre la vida y la muerte" y que el total de policías heridos es de 26 y no de 14 como se informó al principio.
El plantel de Dock Sud estuvo unas dos horas sin poder salir del estadio y su delantero Diego Jaime tuiteó: "estamos atrincherados en el vestuario visitante, estamos todos bien... esperemos que pase todo rápido".
La señal de televisión TN dijo que la madrugada del martes sumó un nuevo capítulo al episodio cuando la policía allanó la casa de uno de los cabecillas de la barra de Laferrere y detuvo a cinco personas. Además secuestró otras tantas armas de fuego.
Uno de los detenidos "se zafó del precinto, intentó tomar una pistola 9 milímetros y terminó baleado con un tiro en el abdomen", según TN, que da nombre y apellido del herido en su versión que no fue confirmada por la policía.
La violencia dentro y fuera de las canchas es moneda corriente en el fútbol argentino. Y ni siquiera la prohibición de hinchas visitantes puede controlarla.