Hawit, de 64 años, llegó vestido de traje, pálido, fatigado y con aspecto enfermo, y siguió la audiencia con la ayuda de un intérprete. Fue su abogado Justin Weddle quien habló por él en un tribunal federal de Brooklyn, donde será juzgado por doce casos, entre ellos asociación delictiva, fraude y lavado de dinero.
La fiscalía del distrito Este de Nueva York lo acusa de haber recibido de parte de sociedades de mercadotecnia deportiva varios millones de euros en sobornos a cambio de los derechos de comercialización y difusión de torneos organizados en Latinoamérica.
Su abogado afirmó que sufre "graves problemas de salud", tiene una pancreatitis y necesita una dieta especial que no tuvo en prisión en Suiza, donde subsistió a base de cereales y miel. Además, añadió, también es diabético.
Hawit fue detenido el 3 de diciembre en Zúrich, Suiza junto al paraguayo Juan Ángel Napout, presidente de la Conmebol, a petición de Estados Unidos.
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La fiscalía federal de Nueva York ya adelantó en una carta al juez Robert Levy que pedirá una fianza de 4 millones de dólares, de los cuales 500.000 en efectivo, para que el acusado obtenga la libertad provisoria, advirtiendo que plantea "un serio riesgo de huida".
Weddle pidió que Hawit cumpliera prisión domiciliaria monitoreado electrónicamente en casa de uno de sus hijos, en Miami, y que no se impusiera fianza.
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La esposa de Hawit y sus tres hijos viven en Honduras, cuya casa está a nombre de ella.
El expresidente volverá a presentarse ante el juez Robert Levy el jueves, día en el que se discutirá la fianza.
Por la mañana, la vocera de la oficina federal de investigaciones estadounidenses, Kelly Langmesser, había contado a la AFP que Hawit había sido extraditado.
En total, las causas abiertas en Estados Unidos por el escándalo de corrupción en la FIFA, que estalló en mayo pasado y tuvo una segunda oleada de acusaciones en diciembre, incluyen a 39 personas, la mayoría altos dirigentes del fútbol del continente americano, y dos compañías de marketing deportivo.
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Doce individuos se han declarado culpables, aceptando cooperar con la fiscalía a cambio de una posible reducción de la pena, y 27 son actualmente juzgados.
El escándalo afectó al propio presidente dimisionario de la FIFA, el suizo Joseph Blatter, suspendido por ocho años de toda actividad ligada al fútbol, al igual que Michel Platini, presidente de la UEFA desde 2007.
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Este miércoles, el número 2 de la FIFA, Jerome Valcke, fue despedido después de ser investigado por un caso de corrupción relacionado con la reventa de entradas en el Mundial-2014.