El informe, elaborado por el doctor Vincent Goytterbarge, responsable médico de FIFPro, estudió casos de más de 300 futbolistas profesionales en activo y retirados de seis de sus asociaciones, Holanda, Irlanda, Escocia, Estados Unidos, Australia y Nueva Zelanda.
Para la elaboración del estudio se tuvieron en cuenta parámetros relacionados con la enfermedad mental como malestar, astenia, ansiedad, depresión, baja autoestima y comportamientos adversos para la salud por mala nutrición o consumo de alcohol y/o tabaco.
También se evaluaron elementos que pueden causar estrés psicológico o físico como lesiones graves, por ausencia de entrenamientos o de la competición durante más de cuatro semanas, intervenciones quirúrgicas, circunstancias vitales excepcionales como fallecimientos de familiares y apoyo social por parte del entrenador y de los compañeros de equipo.
El doctor Gouttebarge entiende que el estudio revela "ciertos aspectos oscuros" de ser un futbolista profesional a tiempo completo y proporciona un punto de referencia necesario para poder mejorar la salud general de los jugadores en todos los estadios de su carrera, especialmente cuando dejan el fútbol en activo, según informó FIFPro.
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"La atención que recibe la salud de los futbolistas profesionales por parte de los organismos rectores a nivel internacional o de los clubes y de la mayoría de los investigadores se dirige principalmente a examinar la incidencia de las lesiones, lo cual es curioso, pues la salud no implica únicamente el bienestar físico, sino también el bienestar mental y social, tanto a corto como a largo plazo", añadió.