La selección charrúa llegó a la final tras la victoria 3-0 ante Brasil. Elbio Álvarez, Juan San Martín y Guillermo Méndez marcaron los goles de la Celeste, dirigida por Fabián Coito.
Uruguay nunca había rebasado la ronda de los cuartos de final de un Mundial Sub-17, pero este jueves mostró todo la chapa de un finalista, con un ataque punzante y una defensa impenetrable.
Un gol de penal a los 20 minutos de juego le permitió a Uruguay manejar el partido. Álvarez, jugador de Peñarol, cobró con pierna izquierda al centro del arco luego de que el árbitro ruso Alexey Nicolaev sancionó una entrada a destiempo del portero Charles, quien derribó al atacante Rodrigo Aguirre.
Brasil tomó entonces la pelota y trató por todos lados de crear jugadas de peligro, pero éstas escasearon.
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La estadística final dice que los brasileros hicieron 27 tiros a gol, pero de ellos sólo cinco fueron al arco. Uruguay, en cambio, hizo apenas 10 disparos, cinco de ellos al arco y tres fueron goles.
Y mientras Ademilson, Adryan, Lucas Pyazon y el resto de los atacantes de Brasil intentaban sin mucho éxito, Uruguay hizo el segundo gol a los 72 minutos, cuando San Martín, otro producto de Peñarol, disparó fuerte y pegado al poste en un tiro cruzado, luego de que la pelota le cayera en una excelente embestida de su compañero Méndez.
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Ya con Brasil entregado, Cubero hizo un despeje largo y con superioridad numérica en el contragolpe, Méndez, jugador de Nacional, tocó hacia las redes luego del pase de Aguirre en el quinto minuto de los descuentos.
Los locales también celebran
México alcanzó la final del Mundial Sub-17 al vencer 2-3 a Alemania con una remontada firmada con dos goles de antología.
Fue una victoria construida a sangre y fuego por los mexicanos en un partido peleado y con remontadas ante un lleno total en el estadio Torreón.
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Alemania, la mejor ofensiva del torneo, tras comenzar por detrás logró irse arriba 2-1, pero México venció con un gol olímpico y uno de chilena que evitó los temibles penaltis de negro recuerdo para la escuadra local.
Gómez puso dos goles y la sangre. Abrió el marcador (m.3) con un remate de cabeza y lo cerró (m.90) con un gol de chilena, todo ello después de que Jorge Espericueta iniciara la remontada con un gol olímpico (m.76).
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Samid Yesil marcó el primer gol de Alemania (m.10) después de luchar contra sus marcadores mexicanos; Emre Can también se abrió camino con su fortaleza para mandar la pelota a la red con el 2-1 para su causa (m.60).
Un lleno en el estadio Torreón, en el norte de México, y un partido de emociones. México hizo daño muy rápido pero el rival reaccionó pronto y para el minuto 10 estaba empatado y con los dos equipos más cuidadosos.
Pero el partido se les fue de control a los mexicanos en el minuto 60 en una jugada personal de Cam, que desde tres cuartos y a trompicones logró entrar al área mexicana para lanzar un remate a la red que puso por delante a su equipo.
La presión mexicana hizo efecto con el empate a dos de México con un gol olímpico anotado por Espericueta en un tiro de esquina desde el lado derecho, en una jugada en la que Gómez sufrió un duro golpe en la cabeza que le hizo terminar con un vendaje.
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México presionó al final y acabó por ahogar a Alemania; el gol olímpico de Espericueta hizo que los mexicanos creyeran posible la victoria y en otro tiro de esquina, Gómez la golpeó de chilena y la pelota fue directa a la red.