En 2011, el cuadro 'escarlata' vio con desazón como los albiazules les 'arrancaban' la posibilidad de evitar un duelo a muerte contra Patriotas que, a la postre, los mandaría a la Primera B. Ocho años después, los 'diablos rojos' respondieron con otro duro golpe a los capitalinos.
Este miércoles, el estadio El Campín prometía ser un escenario de algarabía, pasión y alegría, pero terminó siendo uno de impotencia, enojo y frustración. Los hinchas de Millonarios tenían la ilusión de disfrutar con su equipo clasificando a una nueva final,pero vieron con incredulidad como un excelente semestre terminaba de una manera cruel.
En un siglo en donde los títulos no han abundado para el segundo equipo más veces campeón de nuestro balompié, la excelente campaña de la Liga Águila I-2019 se veía como la oportunidad perfecta para poner fin a un año y medio sin títulos. Además, era una gran chance de igualar a Atlético Nacional como el equipo con más consagraciones ligueras.
Sin embargo, América de Cali tenía otros planes. Los de Jersson González irrumpieron en la fiesta azul y con garra, hambre y orden eliminaron a un Millonarios que sigue luchando para que los trofeos se vuelvan una sana costumbre, en lugar de un 'oásis en el desierto'.
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El dolor que los 'escarlatas' causaron en el seno 'embajador', luego de arrebatarle esa oportunidad histórica, inevitablemente recuerda a aquella noche del 19 de noviembre de 2011 en la que los azules empujaron a 'la mecha' hacia el borde del precipicio.
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Un pasillo donde se toparían con un Patriotas aguerrido que, casi un mes después de aquél cotejo, sorprendería al mundo y enviaría al 13 veces campeón a la segunda división. Un infierno en el que duraría cinco años encerrado.
Aquella vez, la desesperación invadió las toldas 'escarlatas', mientras buena parte de la afición 'albiazul' se regocijaba al ver cómo uno de sus eternos rivales tocaba fondo. Una impotencia que se tradujo en una de las expulsiones más impactantes de la historia reciente del FPC, cuando Andrés Cadavid (en aquél entonces defensor de la 'mecha') le fracturó la tibia a José Luis Tancredi.
A pesar de ese 'trago amargo, ocho años después América de Cali obtuvo su desquite tras aquella oscura noche.
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Puede que jugar una promoción sea más grave que quedarse sin una final, siendo evidentemente una situación más desfavorable que la otra. Sin embargo, en una etapa de la historia de Millonarios donde los títulos no abundan, el hecho de no poder gritar "campeón" en una de las mejores campañas de su historia, será una marca muy difícil de borrar. Una marca en la que se recordará que los 'diablos rojos' fueron protagonistas.
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