Fue en la tercera jornada de la Liga 1999/2000. En un partido en el que el portero alemán Bodo Illgner estaba lesionado y el segundo portero, el argentino Albano Bizarri, sufría molestias en un hombro. Así que Iker Casillas tuvo que debutar, con 18 años.
Después de hacer la pretemporada con el primer equipo que entonces dirigía el técnico galés John Benjamin Toshack, llegó el estreno de Casillas. Desde entonces, ha ido llenado de títulos su currículum.
"Antes de viajar a Bilbao, Toshack me preguntó cómo estaba. Le dije que bien y me dijo que perfecto, porque iba a jugar en San Mamés. Me entraron los nervios y llamé a mis padres para decírselo. Esa noche dormía con (Fernando) Hierro, pero me dejó hacerlo solo para que estuviera tranquilo. Pasé de jugar el 'play-off' de ascenso a Segunda B a estar en San Mamés ante 50.000 personas. No fue fácil, pero para ser la primera vez, lo hice bien. Me pongo un notable", recuerda Casillas en los medios del club.
Desde que el portero madrileño entró a la cantera blanca en 1990, pasaron nueve años hasta que cumplió el sueño de jugar con el primer equipo.
Ahora, con 31 años, Casillas ha disputado 630 encuentros oficiales con el Real Madrid y sólo tiene por delante en el ránking histórico a Raúl González, Manolo Sanchís hijo y Carlos Santillana.
Casillas, nombrado mejor portero del mundo cuatro años consecutivos, ha ganado dos Ligas de Campeones, dos Copas Intercontinentales, cinco Ligas, una Copa del Rey, una Supercopa de Europa y tres Supercopas de España en el Real Madrid.
Su leyenda crece en la selección con su imagen levantando la copa del Mundial 2010 y de las Eurocopas 2008 y 2012.