"Sabíamos que íbamos a sufrir y el rival no nos sorprendió por su nivel, aunque un poco sí por todo lo que corrieron y lucharon", dijo el técnico francés en conferencia de prensa.
Zidane admitió que "a veces sufrimos y no jugamos como queremos", pero añadió que "lo bueno es que tenemos mucho talento y que en cualquier momento podemos hacer daño al rival", apuntó el francés, que a sus 44 años y, en menos de un año como entrenador del Real Madrid, ha sumado la Liga de Campeones, la Supercopa de Europa y el Mundial de Clubes.
Pese al sufrimiento ante Kashima, Zidane aseguró disfrutar del éxito "porque un título siempre es importante" para el club.
Zidane reconoció que en la segunda parte, cuando su equipo se puso por delante en el marcador, cambió a un sistema de centrales con Marcelo y Dani Carvajal más adelantados. "Era un cambio que teníamos que hacer porque íbamos perdiendo y al final salió bien".
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Zidane, que tuvo un recuerdo para su familia "que siempre está ahí, lo hagas bien o mal", negó que no sufra presión en el banquillo blanco, pese a dar siempre una imagen de tranquilidad.
"No tengo voz y por dentro estoy cansado porque no he encontrado la manera de dormir bien, ahora me da igual porque conseguimos algo grande otra vez, pero la presión y el estrés estarán ahí mientras esté en este club y no lo podemos cambiar", dijo.
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Zidane, que en 2014 era adjunto de Carlo Ancelotti cuando el Real Madrid, tras ganar el Mundial de Clubes se derrumbó en la segunda parte de la temporada, que acabó sin títulos y con el cese del italiano, aseguró que "es bueno hablarlo porque puede volver a pasar".
"La temporada va a ser muy larga y difícil, pero la suerte que tenemos es que vamos a tener ahora una semana de descanso y después vamos a empezar de cero y a trabajar. Creemos en el trabajo y si trabajamos bien no vemos por qué tiene que volver a pasar", concluyó.