Apenas habían transcurrido unos segundos tras la reanudación del encuentro, que dominaba el equipo chileno con un 0-2 en el marcador y un mejor juego que su rival, cuando el asistente recibió un golpe con un rollo compacto de cinta de papel que lo dejó tendido en el suelo.
Tras unos minutos en los que los médicos del Nacional atendieron al juez, el árbitro principal, el ecuatoriano Rogger Zambrano, decidió suspender el juego definitivamente después de que Saldívar fuera incapaz de recuperarse.
Hasta ese momento no se habían producido incidentes de ningún tipo entre los jugadores como tampoco entre los asistentes al partido.
Los jugadores chilenos se retiraron inmediatamente del campo sin que se registraran mayores incidentes una vez que el árbitro decretó la suspensión del encuentro.